Con la muerte de Josep Comes, El tigre valencià, el pasado martes, se va una parte de la modesta historia deportiva ibicenca. Comes fundó en 1972 el Boxing Club Ibiza y con ello, con su afición, contribuyó a que este deporte continúe hoy día en activo en la isla.

En cierto modo, los cerca de 2.000 fieles a cada velada pugilística que acoge el Poliesportiu de sa Blanca Dona, son herederos de aquéllos que acudían al teatro Pereyra o a la desaparecida plaza de toros para ver actuar a un joven Comes, que nunca dejó de lado su carácter indómito ni como púgil ni como profesor de baile de salón en los centros de la Tercera Edad ni como hombre. De hecho, se retiró con 80 años de la que fue su última actividad profesional. En el momento de su muerte, que fue natural y estando en casa, tenía 85.

Sin embargo, la vida de Comes fue sencilla, aunque siempre marcada por su vehemencia y, por qué no, ´chulería´. Quizá por esa razón le vino la afición al boxeo. «Era muy chulo y siempre andaba metido en peleas. Presumía de que nunca nadie le había ganado por K.O.», recuerda su nieto Jesús Rodríguez.

Como tantos otros, Comes llegó a Ibiza en 1946 para cumplir el servicio militar, conoció a su mujer, María Bonet, y al cabo del tiempo se casó. Para entonces ya había combatido en varias veladas y trabajaba como transportista en la empresa de Xiquet Pou. La familia se instaló en Dalt Vila, primero, y luego en la calle de la Virgen, en la Marina, cuando aún era un barrio de pescadores. María aún vive allí. Con ella tuvo tres hijos y siete nietos.

Dada la eterna rivalidad entre Ibiza y Mallorca, no hace falta mucha imaginación para pensar en cómo serían los combate con el mallorquín Vera, que luego fue campeón de España de los pesos pluma y ligero. Comes y Vera se enfrentaron cuatro veces. El valenciano ganó en tres y uno de los combates se declaró nulo. Toda una hazaña para la época, en plena posguerra, en la que la bolsa era la meta para cualquier púgil con talento. El abuelo Comes siempre presumió de que podía haber hecho las Américas —boxear en Estados Unidos—, pero escogió quedarse en la isla de los pinos.