Desde tiempos inmemorables poseen los ibicencos un curiosísimo doble clarinete de cañas al que dan el nombre de reclam de xeremies. Aunque menos comúnmente, también es llamado xeremia bessona (chirimías gemelas) y xeremia doble». Así comienza un trabajo sobre uno de los instrumentos más característicos y propios del folclore pitiuso que el musicólogo Manuel García Matos publicó en los años 50 y que Isidoro Macabich reprodujo en el cuarto volumen de su 'Historia de Ibiza'. Ese artículo ha sido referencia obligada para todos los estudios que sobre los instrumentos de Ibiza y Formentera se han realizado a partir de entonces.

La xeremia es un instrumento único que, cuando Matos se fijó en él, usaban sólo los pastores «para amenizar y entretener las largas horas de sus soledades» y que hoy colles de ball pagès, expertos y aficionados intentan mantener vivo más allá de su uso en un folclore entendido como espectáculo turístico. Tras unos años en los que la tradición de la fabricación y sonada de xeremies estuvo a un paso de desaparecer, en los últimos años, el trabajo de las colles y apasionados del folclore pitiuso han logrado recuperar cierta afición a este sencillo instrumento, fabricado con cuchillo y con hierros calientes y para tocar en solitario.

Los expertos han hallado su antecedente es un instrumento que ya usaban en el antiguo Egipto llamado maït, documentado en el año 2700 antes de Cristo y cuyas características han perdurado en el tiempo en su sucesor más inmediato y cercano, un ingenio llamado zoummârah usado por pastores contemporáneos del país africano. Otros autores señalan que instrumentos similares tuvieron amplia difusión en la zona euroasíática y norteafricana y sitúan un precedente, «los primeros clarinetes dobles documentados o conservados», en Sumeria y Babilonia (en el año 2800 aC). Es el caso del musicólogo Romà Escalas, que hace unos años realizó un compendio sobre la diversa documentación existente sobre el tema para las V Jornades de Cultura Popular de les Pitiüses y que afirma que desde esas regiones, el instrumento fue exportado a Egipto. En cualquier caso, la pregunta es cómo llegó la xeremia desde Egipto a Ibiza en tiempos inmemoriales, y aunque García Matos propone a los púnicos como vector, lo cierto es que tampoco aquí la respuesta es sencilla y Romà Escalas lo considera una afirmación arriesgada. Aunque posible, ya que, a pesar de las dudas, acaba asegurando que «nos encontramos delante de un fenómeno de supervivencia del modelo más antiguo euroasiático, difundido por los fenicios desde el año 1000 a.C. y llegado a Ibiza hacia el año 600 a.C.

con las expediciones de los cartagineses y que se ha conservado con toda su originalidad, incluso con la gama pentatónica». Al tratar de la llegada del clarinete doble a la Península ibérica, propone la vía marítima como una de las posibilidades, «fruto de las migraciones de los pueblos semíticos, fenicios y cartagineses» que llegaron a lo largo del primer milenio antes de cristo. de esta forma, también considera lógico «que sea Ibiza el lugar geográfico donde se han conservado representaciones iconográficas de instrumentos en algunos relieves cartagineses, y no es casual tampoco que sea el mismo territorio el que ha 'aislado' históricamente el clarinete doble manteniendo la tradición y la supervivencia hasta hoy».