Arthur es un pensionista algo gruñón cuya esposa enferma de cáncer ve el lado bueno de la vida gracias a un coro poco convencional en el que canta. La mujer desearía que su marido se uniera a ellos, pero él no solo se niega, si no que no le parece bien que ella lo haga. Además, Arthur no tiene buena relación con su hija. La directora del coro, Elizabeth, trata de convencer al hombre de que encontrar una afición puede ayudarle a disfrutar de la vida y de su esposa.