Los padres ponen cada vez nombres más cortos a sus bebés recién nacidos. Es una tendencia que ha ido ganando popularidad en las últimas décadas, y más especialmente en los últimos diez años.

Si en los años '90 los nombres de los recién nacidos estaban compuestos, de media, por ocho letras, actualmente es habitual encontrar nombres de tan sólo tres letras o cuatro letras entre los más elegidos.