Tal vez hayas oído alguna afirmación sobre los perniciosos efectos de la costumbre de poner imanes en la puerta de la nevera. Pues es hora de que aclarar algunas cosas. Una mala información al respecto podría llevarte incluso a tener que cambiar de frigorífico.

Los imanes son los recuerdos favoritos de casi cualquier viajero. De hecho, cuando volvemos de nuestros viajes y nos entran ganas de llevarnos algún recuerdo, si no sabemos qué elegir, nos llevamos un bonito imán que nos recuerde los lugares que hemos visto. Y, una vez de vuelta en casa, ¿adónde va el imán? A la nevera, por supuesto.