La princesa Mako de Japón, sobrina del emperador, se ha casado en una boda civil con su novio, el plebeyo Kei Komuro. Renuncia así a su título real y zanja 3 años de cuestionado compromiso diciendo que está decidida a construir una vida feliz con su "insustituible" marido.

Mako, desde ahora Mako Komuro, abandonaba el que hasta hoy ha sido su domicilio familiar despidiéndose de sus padres, el príncipe Akishino y la princesa Kiko, y de su hermana, la princesa Kako. Una despedida formal con sus padres, algo más afectuosa con su hermana.

La pareja se ha casado tras años de agrias polémicas en torno a una disputa económica por parte de la madre del novio. Pondrán rumbo a Estados Unidos para seguir con su vida sin la pompa y el boato de pertenecer a la familia real japonesa.