Ellos no siguen un patrón: cinco jóvenes que cosen para expresarse con la moda

Adolescentes se apuntan a un taller de costura con mujeres mayores para confeccionar prendas de estética urbana

La maestra Estefanía Carrera, segunda por la izquierda, junto a sus alumnos en clase.

La maestra Estefanía Carrera, segunda por la izquierda, junto a sus alumnos en clase. / José Lores

Patricia Casteleiro

Cada miércoles, en el atelier de Estefanía Carrera de Vigo, se reúne un grupo variopinto para aprender a coser. Adolescentes que no superan los 16 años conviven en armonía con señoras de más de 60. Les une una pasión: confeccionar sus propias prendas.

Martín Camacho, Mateo Pinacho, Raúl Quintas y Carlos Moscoso son cuatro de los alumnos más jóvenes del aula junto con Inés Pinacho, la benjamina del grupo, con apenas 13 años.

Después de clase se reúnen en el estudio y, dispuestos alrededor de las mesas, preparan un bolso y varios pantalones. Con un sonido ambiente de las máquinas traqueteando, afirman que les interesan más las partes de abajo. Anchas y rozando el suelo. Son los baggy jeans, una prenda ligada al mundo del 'hip hop' y del 'skate' que ya estuvo de moda a principios de siglo. Tiene sentido: todos ellos patinan y consumen y forman parte de la cultura urbana de los skaters.

Estefanía Carrera (segunda por la izquierda) junto a sus alumnos en el taller.

Estefanía Carrera (segunda por la izquierda) junto a sus alumnos en el taller. / José Lores

Aunque algunos estilistas afirman que va a volver el pantalón pitillo –un “trauma” del que muchos aún se están recuperando–, estos chicos tienen claro lo que les interesa.

Queremos crear un estilo propio, traer tendencias que en Vigo aún no están pegando fuerte. Si vemos algo que nos inspira, nos lo pondremos y lo mostraremos”, señala Martín, el primero de ellos en apuntarse a costura. “Siempre nos gustó la moda y entre nosotros hablábamos mucho de ropa; Martín vino primero y después llegamos los demás”, explica Mateo.

Así, aunque diferentes, bucean juntos en los estilos de la calle: “Diferimos en algunas formas, pero buscamos lo urbano”, indica Carlos. El mundo del 'skate' siempre confluyó con diversas prácticas artísticas, como la música, la moda o el graffiti. En el caso de estos chicos, patinadores, salir a la plaza de la Estrella a rodar supone una inmersión entre referentes e inspiraciones.

“Allí todos tienen muy en cuenta cómo vestir. Hay modelos o gente con una marca que son ejemplo para nosotros”, apunta Mateo. Menciona a Pablo García y a Machuca. “Ellos hacen 'skate' y posan y diseñan”, añade.

“A mí me gusta mucho Virgil Abloh”, dice Martín. Este diseñador estadounidense creció, igual que estos jóvenes, rodeado de patinadores y personalidades del hip hop. Llegó a ser director creativo de la línea masculina de Louis Vuitton y muy valorado en el mundo de la moda. Falleció de cáncer a los 41 años, en 2021.

La profesora

Estefanía Carrera, la maestra —que además de dar clase en su estudio, organiza numerosos cursos con asociaciones, Diputación, Universidad e incluso enseña a niños del colegio Apóstol— explica que en sus aulas se habla, por supuesto, de moda. “El otro día todos comentamos el desfile de John Galliano para Maison Margiela, a todos nos impresionó mucho. Nos recomendamos cosas unos a otros constantemente”, dice.

Ella cree que la pandemia fue un antes y un después para las nuevas generaciones. “Tuvieron tiempo para visualizar muchos videos, se inspiraron, lo artesanal empezó a interesar mucho más”, cree.

“Los de mi clase son niños con mucha personalidad y tienen una facilidad a la hora de aprender increíble”, asegura. Los chicos cuentan, por su parte, que cuando dicen que van a costura como actividad extraescolar la gente se sorprende. “Lo asocian con personas mayores”, indica Carlos.

Pero la sorpresa dura poco: “La sociedad evoluciona, ya no es tan raro que unos chavales quieran ir a costura. Al final, a todo el mundo le gusta vestir bien”, añade Martín. El hacérselo uno mismo son todo ventajas, cree Carrera. “Se desarrolla la creatividad y la paciencia y es una forma diferente de consumir. Además, te permite expresarte y crear tu estilo propio”, considera.

Los chicos aseguran estar cansados de las limitadas opciones que les ofrece el 'fast fashion', es decir, las cadenas de ropa que producen a un ritmo vertiginoso y que limitan diferir de los demás. “Ves la misma falda del Bershka en cientos de personas”, lamenta Mateo.

“Aquí hay cada vez menos tiendas pequeñas. Es difícil salirte de las grandes cadenas precisamente por eso”, reflexiona Raúl. “Al final, esa es en parte la razón por la que venimos a costura, para crear prendas de nuestro estilo o customizarlas”, añade.

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“La gente ya no se va a mover tanto por las modas. Los estilos son cada vez más personales”, opina Mateo. “Ahora se vuelven a llevar las prendas anchas, se abandonaron las partes de abajo estrechas”, observa Carlos. Además, añaden que a veces las tiendas “tardan en adaptarse” y “hay que esperar por ellas”. El rechazo de los chicos a las grandes compañías no es algo nuevo. El vintage lleva años repuntando y siendo una opción para escapar del shopping convencional. No solo en ropa, también en música, cine, diseño de interiores e incluso el gusto por las antigüedades está en boga. Basta con salir a la calle para toparse con, por ejemplo, una librería de segunda mano. Por otra parte, el rechazo al 'fast fashion' se está haciendo patente. También en lo económico. La plataforma Fashion Network publicó recientemente que los jóvenes españoles se interesan por el “lujo asequible”. Es decir, invierten en diseño y calidad.

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