El año que empieza será clave para los vecinos de los apartamentos Don Pepe, en es Codolar, porque la sala de la Contencioso Administrativo del TSJB decidirá si Sant Josep puede o no otorgar licencia de obra mayor para asegurar la estructura del bloque A, gravemente dañada. El Ayuntamiento asegura que el bloque A esta fuera de ordenamiento, algo con lo que no están de acuerdo los vecinos, y que por tanto no se puede conceder licencia. El asunto está judicializado y el alcalde, Josep Marí, se comprometió a no recurrir la sentencia en caso de que el TSJB falle a favor de los vecinos.

A principios de junio, a consecuencia del derrumbe de una zona del bar de los apartamentos Don Pepe y del techo de uno de los pisos de la escalera 1 del bloque A, el Ayuntamiento de Sant Josep ordenó el desalojo de las diez viviendas de esta escalera. Poco después, tras el analizar la situación, Sant Josep desalojó los diez pisos de la escalera 2 del mismo bloque A.

El desalojo representó un drama para algunas de estas familias, que al pago de la hipoteca tuvieron que añadir los gastos de una nueva vivienda mientras la justicia decide acerca de la posibilidad de reforma del bloque. Durante varias semanas, Sant Josep se hizo cargo del pago del alojamiento, pero finalmente dejó de hacerlo, y algunas de los afectados organizaron una protesta que les llevó incluso a acampar y dormir en la puerta del Ayuntamiento.

Dos de los vecinos denunciaron y ganaron, pero el Ayuntamiento recurrió la sentencia y el juzgado le dio la razón. La comunidad de vecinos también pidió al TSJB que el Ayuntamiento se hiciera cargo de los gastos de los desalojados mientras se decide si se puede o no conceder licencia para asegurar la estructura, pero Sant Josep también recurrió. Por el momento, el TSJB no se ha pronunciado aún sobre este recurso.

El informe que encargó el Ayuntamiento sobre el estado del bloque A fue demoledor, ya que advirtió del riesgo de colapso: «Los sondeos y ensayos realizados sobre los elementos estructurales de la escalera 1 del bloque 1 han confirmado que la patología en las armaduras de acero de los nervios de hormigón armado que provocó el desprendimiento de parte del forjado de una vivienda es un problema generalizado de toda la escalera y se presenta en un estado especialmente avanzado en la planta baja, donde el conjunto estructural ha empezado a colapsar».

El estudio que llevaron a cabo los técnicos advirtió en sus conclusiones de que, al menos en la escalera 1 del bloque 1, existe un «claro riesgo imprevisible que afecta directamente a la habitabilidad y seguridad de las personas» y recomendó mantener el desalojo de los vecinos de las escaleras 1 y 2, lo cual cayó como una losa sobre el ánimo de algunos de los propietarios afectados.

Lo más preocupante del informe fue que los técnicos alertaron de que se trata de un problema generalizado y no de algo puntual. Esto confirmó la teoría inicial de que la patología es consecuencia de la exposición continuada a un ambiente salino agresivo, ya que el edificio está a escasos cien metros del mar, y a la pobre calidad de la construcción, que no cuenta con el recubrimiento de hormigón suficiente para proteger los elementos constructivos de la estructura de este ambiente.