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Un policía salva a un bebé en Ibiza: "Gracias a Fran, mi hijo Kevin está vivo. Estaré agradecida eternamente"

Francisco Cordero, un policía nacional fuera de servicio, consigue salvarle la vida a un pequeño que se atragantó mientras cenaba en su casa de sa Penya

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Fran, policía nacional, junto a Kevin, el menor al que salvó la vida. Toni Escobar

Los protagonistas de esta historia no se podían imaginar cuando despertaron por la mañana que el 27 de abril de 2022 lo iban a recordar el resto de sus vidas. Fran, policía nacional, salvó la vida del pequeño Kevin, de apenas 20 meses, quien se estaba atragantando ante los ojos de su madre, Isabel, en su propia casa en el barrio ibicenco de sa Penya. Afortunadamente, Fran pasaba por allí y pudo socorrer al menor, salvándole la vida y dándole a esta historia un final feliz para todos.

Francisco Cordero, policía nacional de 38 años y oriundo de la ciudad de Málaga, paseaba con su perro por el barrio de sa Penya, en pleno casco histórico de la ciudad de Ibiza, cuando de repente los gritos de Isabel, madre de Kevin, le alertaron: «Estaba paseando a la perrita por el barrio sobre las nueve de la noche. Al pasar por la puerta de la casa de Isi, escuché gritos, aunque no sabía de qué se trataba exactamente. Salió Isi con el nene en brazos y gritando ‘se ha ahogado, se ha ahogado’».

Isabel con su hijo. | TONI ESCOBAR

Ante esta situación, Fran no dudó en actuar. Se acercó apresuradamente hacia la mujer. Isi, en ese momento, se encontraba muy nerviosa y sin saber muy bien qué hacer ni cómo actuar: «Estábamos dándole la comida a Kevin. Cenábamos espaguetis. Kevin cogió un puñado y se lo metió en la boca. Con el ansia de querer comérselo se le quedaron en la garganta y dejó de respirar. En ese momento no supe cómo reaccionar y salí a la calle a pedir ayuda. Justo pasaba Fran por allí y se lo di a él», explicaba Isi.

Intervención salvadora

La madre le entregó el pequeño al policía. El menor no respiraba y no respondía a estímulos: «En ese momento me pilló un poco en frío, pero gracias al programa formativo que tenemos los policías, donde nos enseñan técnicas asistenciales de urgencias, supe reaccionar. Cogí al pequeño y le intenté aplicar la llamada maniobra de Heimlich, y afortunadamente consiguió expulsar la comida que tenía atrapada en la garganta. El niño estaba morado, sin respiración y prácticamente inconsciente. Fue cuestión de segundos el tiempo que tuve para reaccionar», afirmó ayer el malagueño en la comisaría de Ibiza, junto a la madre y el pequeño.

Fran colocó al menor boca abajo apoyado en su antebrazo. Una vez en esta posición, procedió a propinarle varios golpes secos en la espalda para ayudarle a expulsar los restos de comida que le impedían respirar. Al cabo de unos segundos, el pequeño pudo expulsar el trozo de comida alojado en su garganta, comenzó a llorar y recuperó su tono de piel habitual.

La madre del menor, Isabel, no tiene palabras para agradecerle lo que hizo por su hijo: « Solo le puedo dar las gracias. Gracias a Fran, mi hijo Kevin está vivo. Si no hubiera estado, seguramente Kevin no estaría aquí. Estaré agradecida eternamente», afirmó Isabel.

Fran agradece enormemente la preparación previa adquirida en su etapa formativa como Policía Nacional. Estas situaciones son algo ante lo que hay que estar listo siempre que sea necesario: «Nunca había tenido que actuar en una situación similar, ha sido la primera vez. Desde que aprendí a hacer este tipo de maniobras, hace ya algunos años, no he tenido la posibilidad de aplicarla. Al final, cuando estás preparado y tienes ese conocimiento, sale innato», subrayó el malagueño.

Vecinos desde hace un mes

Fran lleva tres años destinado en la isla trabajando como policía, pero es un recién llegado a sa Penya, donde sólo lleva viviendo un mes: «Llevo viviendo solo un mes en el barrio. Isabel y yo somos vecinos. Vivimos prácticamente en frente. Del día a día nos conocemos y teníamos un trato muy cordial incluso antes de que ocurriera esto, tanto con ella y su madre como con el resto de la familia», explicó Francisco.

El policía se muestra sorprendido con el barrio, que considera «bueno» a pesar de la mala fama que le ha acompañado durante tantos años: «Hemos tenido un periodo de adaptación mutuo. Nosotros con el barrio y el barrio con nosotros. La convivencia está evolucionando favorablemente día a día. A día de hoy tenemos muy buena relación con la mayoría de vecinos. Es una zona tranquila, con algo de ruido como en otros sitios, pero con mucha vida. No me hubiera imaginado entrar con tan buen pie».

Isi sabe que de no ser por su nuevo vecino, quizás Kevin no seguiría vivo: «Yo me llevo bien con todos los vecinos. Llevo 28 años viviendo en sa Penya y me llevo bien con todos. Mejor que haya más gente como Fran, así tenemos más salvavidas», celebró Isabel ayer, ya recuperada del gran susto.

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