Activista de 13 años

Francisco Vera, activista: "Para frenar la crisis climática necesitamos cambios y optimismo"

El joven ecologista colombiano, de tan solo 13 años, explica con claridad por qué son cada vez más los jóvenes que alzan la voz a favor del planeta

Francisco Javier Vera Manzanares, activista ecologista, durante una entrevista con EL PERIÓDICO.

Francisco Javier Vera Manzanares, activista ecologista, durante una entrevista con EL PERIÓDICO. / Joan Cortadellas

Valentina Raffio

En 2018, cuando apenas tenía ocho años, el pequeño Francisco Javier Vera Manzanares (Colombia, 2009) acabó de leer su primer libro. Cinco años más tarde, con trece años recién cumplidos, las palabras de este joven resuenan con fuerza como una de las voces más destacadas del movimiento ecologista. "La crisis climática nos está arrebatando el futuro. Luchar contra esto significa crear una sociedad biocéntrica en la que se ponga la vida de todos en el centro y no los intereses de unos pocos", explica Francisco en una entrevista con EL PERIÓDICO, del grupo Prensa Ibérica, a las puertas de un evento organizado por la Diputació de Barcelona. "Para frenar la crisis climática necesitamos cambios pero también optimismo", resume.

Según explica el joven colombiano, siempre acompañado por su madre, desde pequeño sintió una conexión especial por la naturaleza. "Tuve el privilegio de nacer en uno de los países con más biodiversidad del mundo, Colombia, y crecer en un lugar en el que me despertaba con el ruido del río y una vista a la cordillera de los Andes", explica. Esa fascinación por el medio ambiente tomó un nuevo significado cuando, allá por 2019, el Amazonas registró una de las oleadas de incendios más severos de las últimas décadas. "Cuando vi la selva arder se me encogió el corazón", rememora el pequeño.

"Luchar contra la crisis climática significa crear una sociedad en la que se ponga la vida en el centro"

Justo por aquellas fechas, en el otro extremo del mundo, una joven Greta Thunberg de tan solo quince años empezó a manifestarse contra la "inacción de los adultos" frente a la crisis climática. Su imagen dio la vuelta al mundo, impulsó un movimiento global de huelgas por el clima y, finalmente, llegó hasta Francisco. "Fue muy inspirador ver el estallido ecologista de la juventud y de la niñez. Ahí fue cuando empecé a tomar conciencia sobre la necesidad de alzar la voz", argumenta. En ese momento, Francisco todavía iba a la escuela y durante la hora del recreo, hablando con sus compañeros de clase, decidió fundar un movimiento llamado 'Guardianes por la vida'.

"La rabia genera movilizaciones"

Francisco se presenta a sí mismo como uno de los millones de jóvenes de todo el mundo que están levantando la voz por el clima. "Cada vez somos más los jóvenes que luchamos contra la emergencia climática porque somos los principales afectados por este problema. Estamos ante una crisis de 'no futuro' que amenaza nuestra propia supervivencia", explica. "Los jóvenes vemos cómo el planeta se enfrenta a esta crisis ecológica y, además, también vemos el efecto de guerras, hambrunas, desigualdades y problemas como la precariedad o la falta de vivienda que dificultan nuestra vida. Todo esto genera rabia. Y la rabia es lo que acaba generando las movilizaciones masivas en las que se reclama construir un mundo mejor para todos", reflexiona.

"Estamos ante una crisis de 'no futuro' que amenaza nuestra propia supervivencia"

¿Pero por dónde empieza la lucha por salvar el mundo? Según explica Francisco, los gestos individuales son importantes pero, a su vez, son como si un pájaro se posara sobre un barco a la deriva. "Por más que se esfuerce, no generará movimiento. La única manera de cambiar de rumbo de esta crisis es actuar desde la sala de máquinas, que es donde se toman las decisiones", reflexiona el joven. "Todos tenemos que ser responsables con nuestros gestos, pero son gobiernos, empresas e instituciones los que deben impulsar un cambio radical", comenta.

El joven activista se muestra claro al hablar de los orígenes de esta crisis y de las soluciones que necesitamos impulsar para evitar que vaya a más. "La crisis climática es culpa de una generación inconsciente que lleva siglo explotando los combustibles fósiles", esgrime. "Ahora toca impulsar cambios a todos los niveles, desde la educación hasta la economía. Eso empieza por votar a los partidos más alineados con las políticas ambientales. La otra gran herramienta es la movilización masiva, como la que logró el voto para la mujer", ejemplifica.

"Ahora toca impulsar cambios a todos los niveles, desde la educación hasta la economía"

Las palabras de este joven activista no solo chocan por la claridad de su discurso sino porque, además, son fruto de un niño de tan solo trece años. "Cuando empecé en el activismo fui muy criticado por los adultos. Decían que estaba siendo instrumentalizado por mis padres, que me había aprendido un guion o que leía de un telepromter", rememora el joven, que hasta llegó a sufrir amenazas de muerte en su país natal. "El problema es que vivimos en una sociedad adultocentrista en la que se cree que los niños no valemos nada. Y no es así. Los niños tenemos voz y tenemos mucho que decir sobre los debates del futuro", añade con contundencia. 

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