A pesar de los cambios en la forma de consumir contenido audiovisual y el crecimiento de las plataformas de ‘streaming’, sostenido en los últimos años, la sala del Cine Regio sigue abriendo su telón rojo cada día. Y hoy, jueves 24 de noviembre, cumple 50 años, celebra la familia propietaria en una nota.

Tal día de 1972, se iniciaba la programación con la película ‘Love Story’ (1970) y también su andadura en la historia. La familia Torres, propietaria del ya desaparecido Cine Torres, abría el Regio tras diez años de trabajo y construcción, con todo el amor y pasión por el séptimo arte que se ha transmitido de generación en generación.

En 2021 se celebraban 90 años de cine en Sant Antoni, ya que fue en 1931 cuando Vicente Torres Ferrer decidió llevar el séptimo arte al pueblo, al principio al aire libre y solo en verano. El Cine Regio recogió el testigo del Torres, que cerró hace 20 años. Hasta cuatro generaciones han trabajado en ambos cines.

En la actualidad, Roberto, Ángel, Sergio, Alejandro y Vicente; los hermanos Torres, nietos e hijos de los fundadores, siguen llevando el cine gracias al motor de su ilusión. Son los que han gestionado todos los cambios e innovaciones técnicas que ha vivido el mundo del cine en los últimos años.

Ellos han conocido este mundo desde la proyección analógica a la digital. Crecieron viendo lo que era lidiar con los rollos de celuloide que había que montar en una oscura cabina, hasta 2014, momento en el que llegó el apagón analógico, lo que marcó un punto decisivo en la historia de este cine, que por muy poco no cerró sus puertas. Se requería una gran inversión en un mal momento para la industria, debido a la piratería, así que era una decisión arriesgada... pero que tomaron, y el cine se salvó, manteniendo su oferta cultural y de ocio para la población.

La pandemia de covid fue otro duro golpe para el cine, que tuvo que hacer una pausa, y posteriormente abrir muy poco a poco y con una gran cantidad de restricciones y medidas de seguridad. Con el valiente Ciclo Zinètic, el espacio de cinefilia y debate con propuestas alternativas (con la colaboración del Ayuntamiento), en verano de 2020, volvió la programación habitual.

Desde entonces, la sala ya no solo se utiliza para cine comercial. Su telón rojo se abre también para todo tipo de eventos, como ciclos de cine alternativo, teatro y danza, monólogos, e incluso eventos privados, con el alquiler de la sala.

Es un lugar donde la magia y esencia de los antiguos cines aún existe, enmarcada en el gran telón rojo y el olor a palomitas, donde el cine no solo se ve, se vive. 50 años de pasión por el cine e historias, protagonizadas no sólo por la familia Torres, sino también por toda la gente de la isla, que lo ha hecho posible.