«Aurora vuelve a casa». Así anunció ayer el vicepresidente del Govern, Juan Pedro Yllanes, la identificación de los restos de la política y sindicalista Aurora Picornell tras las excavaciones y exhumaciones del cementerio de Son Coletes en Manacor. Desde el Govern explicaron que las pruebas de ADN confirman que Picornell era una de las cinco mujeres cuyos cuerpos fueron hallados en la fosa número tres en la segunda fase de las excavaciones realizadas en noviembre y diciembre del año pasado por parte de Aranzadi en colaboración con Àtics. Además, informaron que todavía no se han identificado los restos de las otras cuatro mujeres que aparecieron en la misma fosa pero todos los indicios apuntan a que se podría tratar de sus compañeras en la lucha antifascista: Belarmina González Rodríguez, Catalina Flaquer Pascual y sus hijas Antònia y Maria Pasqual, más conocidas como «Las Cinco del Molinar».
«Es un día histórico para Balears», remarcó Yllanes, que calificó la identificación de Aurora Picornell como «un éxito de toda la sociedad balear y del movimiento memorialista sin excepción»: «Estamos muy orgullosos de haberla encontrado. Sus verdugos querían hacerla desaparecer y borrarla de la historia, pero no se han salido con la suya».
La arqueóloga forense de Aranzadi, Almudena García-Rubio, desgranó que la identificación de los restos de Picornell fue posible gracias a la comparación con el perfil genético de su hermano Ignasi Picornell, encontrado en las fosas de Porreres en el año 2016: «Ha sido una doble identificación», ya que la comparativa ha servido para identificar también a Gabriel Ignasi Picornell Serra, padre de Aurora e Ignasi».
Sobre Las Rojas del Molinar, la arqueóloga apuntó que «los otros cuatro esqueletos no han podido ser identificados biológicamente pero corresponden a otras cuatro mujeres. Se puede afirmar por tanto, y casi con total seguridad, que se trataría de los cuerpos de sus compañeras Belarmina González Rodríguez, Catalina Flaquer Pascual y sus hijas Antònia y Maria Pasqual».
En este sentido, el secretario autonómico de Memoria Democrática, Jesús Jurado, detalló que la excavación de Son Coletes «ha revolucionado el estudio de la represión franquista, con sorpresas como la de la recuperación de los restos de Pere Llull Fullana, alcalde de Algaida, al que siempre se había situado como asesinado en Son Mas». Y es que el hecho de que los restos de Aurora Picornell y de las Rojas del Molinar hayan aparecido en Manacor y no en Porreres «obliga a descartar la hipótesis» de que fueron asesinadas en la Cruz de Porreres tal y como se planteaba la historiografía. Quien sí fue identificado como una de las víctimas asesinada y enterrada en Porreres es el padre de Picornell, Gabriel Ignasi Picornell Serra, cuyos restos se habrían localizado en la fosa número 10 del cementerio de Porreres, exhumada en febrero de 2021.
Junto a los restos de la figura más emblemática del panorama político republicano en Balears, aparecieron diversos objetos, en su mayoría de vestimenta como un botón blanco de nácar, y también una pluma estilográfica jaspeada que fue hallada en el tórax derecho, y que está siendo restaurada en los laboratorios de Àtics, en Mataró. La restauración y consolidación de manera integral de los objetos asociados a los cuerpos encontrados en las fosas es una iniciativa pionera del Govern que se incluyó por primera vez en el Tercer Plan de Fosas.
Un día para el recuerdo
El descubrimiento tiene tal significación para la sociedad que las reacciones no tardaron en llegar. La presidenta de la Asociación Memoria de Mallorca, Maria Antònia Oliver, reivindicó que se trata de «una victoria de la democracia sobre el fascismo» y celebró la noticia por su importancia simbólica: «Gracias por hacerlo posible, por insistir cuando decían que era inviable y, especialmente, a la familia por hacer posible la identificación y mantener la llama del amor y la memoria».
La presidenta del Govern, Francina Armengol, confesó un «tengo la piel de gallina. Por cosas así, por momentos como éste, estoy en política. Gracias infinitas a todo el mundo. Hoy Balears es una democracia y una sociedad mejor». La presidenta del Consell de Mallorca, Catalina Cladera, aplaudió el descubrimiento porque «todavía hay partidos que lo niegan, pero la memoria histórica es necesaria para cerrar heridas», y puso el foco en que Picornell representa la Mallorca «feminista, libre, progresista y trabajadora».
La presidenta del PP de Balears, Marga Prohens, también celebró la noticia: «Gracias a una ley nacida del consenso político se cerrará con este hallazgo un capítulo oscuro de nuestra historia. El reconocimiento a la dignidad de todas las víctimas era un deber de la democracia. Siempre desde el consenso y la concordia».
Dos ministras de Unidas Podemos se sumaron a las felicitaciones. En primer lugar, la vicepresidenta segunda del Gobierno de España y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, expresó que es «una gran noticia que los restos de Aurora Picornell, referente del feminismo y de la lucha contra el franquismo, fueran identificados en Manacor».
Por ello, Yolanda Díaz felicitó a todos los implicados porque este hallazgo significa «un paso decisivo hacia la justicia y la reparación». Además, la ministra recordó su visita hace dos años a Son Coletes, donde pudo ver de primera mano los trabajos de exhumación en el cementerio: «Celebramos un hallazgo que nos acerca un poco más a la verdad».
En segundo lugar, la ministra de Igualdad, Irene Montero, manifestó que Aurora Picornell representa «la historia feminista, republicana y antifascista de Mallorca»: «Es un hallazgo histórico que conozcamos que sus restos encontrados en Son Coletes hayan sido identificados. Memoria y reparación».
Por parte de los partidos de las islas también hubo mensajes de celebración. El coordinador general de Més per Mallorca, Lluís Apesteguia, recordó la conocida frase de Picornell «Pero, ¿y las ideas? ¿Con qué balas mataréis las ideas?» y enfatizó con que «no podemos borrar la ignominia de su tortura y asesinato en manos de los fascistas, pero dignificaremos su sepultura como intentamos ser dignos de su legado».
La líder de Podemos en las islas, Antònia Jover, apuntó que «solo con la verdad, justicia y reparación podremos avanzar» a la vez que pone en valor el trabajo de sus compañeros de partido al frente de la conselleria de Memoria Democrática: «Es un orgullo que las rojas del Molinar vuelvan a casa y que el fascismo no haya conseguido hacerlas desaparecer».
«Picornell representa lo que fue la represión»
David Ginard destaca que es fundamental hablar de «todo el legado que nos dejó y su trayectoria previa». El hallazgo de los restos de Aurora Picornell en el cementerio de Son Coletes en Manacor es un hito histórico para la memoria democrática de las islas. David Ginard, autor del libro Aurora Picornell: feminismo, comunismo y memoria republicana en el siglo XX, explica que «de todas las víctimas de ejecuciones extrajudiciales, Picornell es la figura más conocida en Mallorca». A diferencia de otros casos, no existía un proceso judicial detrás y, por tanto, no había una documentación generada por la administración del momento que facilitase la investigación. Ginard detalla que solo existía información de la prisión en la que se indicaba que la habían sacado, pero a partir de ese momento el asesinato había sido al margen de cualquier procedimiento judicial: «No quedaba ningún resto físico de este hecho».
«Es patrimonio colectivo y han sido muy importantes las exposiciones que se le han dedicado, así como el trabajo destinado a explicar su historia ya que, en estos casos, es fundamental no hablar solo de su muerte sino de todo el legado que nos dejó y la trayectoria previa que tuvo», argumenta Ginard.
El escritor destaca que este hallazgo tiene una «enorme importancia simbólica» por las circunstancias concretas de su caso: fue asesinada la noche de Reyes de 1937, las historias que se generaron entorno a su muerte no se han dado en ningún otro caso e, incluso, se explicaba por ejemplo que estaba embarazada: «Era una muerte que había generado una cierta conmoción en una sociedad donde se mataba gente de forma diaria, pero su caso tuvo un impacto particular que ha llegado hasta nuestros días con una gran significación».
Ginard señala que, dentro del contexto de la historia contemporánea, es poco frecuente hasta los años 30 del siglo XX la participación de las mujeres en la vida política. Hasta ese momento era «escasa e incluso nula». Hasta el 1931 y la llegada de la Segunda República, las mujeres no tenían derecho a voto: «Se incorporan a la vida política de forma transgresora». .
