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Cultura

Un poeta sencillo con nostalgia de Ibiza

Medio centenar de personas asisten en Jesús al homenaje al poeta Antoni Marí Torres, del que Àngels Escandell recitó tres versos, los mismos que Joan Murenu convirtió en canciones

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Un poeta sencillo con nostalgia de Ibiza

Noticia bomba: Joan Murenu ya tiene móvil. Hater de esos aparatos, hace dos meses no tuvo más remedio que comprarse uno tras cerrar, hace aproximadamente un año, el lugar donde todo el mundo sabía dónde encontrarle y telefonearle a un número fijo: su tienda del paseo de Vara de Rey. Ayer interpretó, precisamente, uno de los versos de Antoni Marí Torres que lleva por título el nombre de esa vía pública: «En mi infancia —contó Murenu mientras afinaba su guitarra—, para mí era un gran parque infantil, sobre todo el domingo, cuando allí tocaba la banda municipal». Y cuando las chicas paseaban acompañadas de sus carabinas. Ese lugar que, de noche, era ideal para las parejas enamoradas y donde las colles de jóvenes no paraban de gastar bromas, tal como describió en esos versos Antoni Marí, al que ayer se rindió homenaje frente a la iglesia de Jesús en un acto organizado con motivo de la XXX edición del Festival de Poesia Lluna de Juny.

Licenciado en Filología Románica por la Universitat de Barcelona, Marí, fallecido en 2019, ejerció como maestro en las Pitiusas y en Tarragona. Entre quienes ayer participaron en el homenaje se encontraba Miquel Costa, que le editó tres libros, entre ellos ‘Parlant d’Ibiza’ (1995). También fue autor de traducciones de teatro neoclásico francés, como ‘Fedra i Andròmaca’, de Racine, y escribió dos obras de teatro costumbristas en verso y en catalán dialectal, tituladas ‘Cap a l’Havana y ‘Un pagès rei de ca seua’, además de ser colaborador del almanaque El Pitiús, donde publicó diversas rondalles.

Un poeta sencillo con nostalgia de Ibiza

Un poeta sencillo con nostalgia de Ibiza

«Su poesía era sencilla, popular», explicó Murenu, que invirtió mes y medio en musicar tanto el poema sobre Vara de Rey como ‘Bon dia’ y ‘Aquell palmer’. En este último cuenta cómo, al salir de la escuela, corría con sus amigos en dirección a una palmera datilera para, a pedradas, derribar sus frutos confitados. Lo escribió, como ‘Bon dia’, en Barcelona, desde la nostalgia del tiempo pasado y del lugar lejano: ¿quién no ha sentido, como él, añoranza (y un pellizco de felicidad) cuando allende Ibiza escuchaba casualmente por la calle el acento de su tierra?

Recordó el poema en el que rememoraba la tormenta que el 7 de julio de 1930 anegó Vila y que el autor describió, en verso, pormenorizadamente en 28 estrofas de rimas «sencillas»

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Los asistentes, refugiados bajo la sombra de un árbol, escucharon primero a Àngels Escandell recitar esos mismos tres versos desde el porxo de la iglesia, para luego asistir al micro concierto ofrecido por Joan Murenu, cuya voz, se disculpó, estaba algo tomada, culpa de que las noches han refrescado repentinamente.

La archivera Fanny Tur puso a Antoni Marí Torres en contexto, el de la época en la que nació y empezó a escribir. Por ejemplo, recordó el poema en el que rememoraba la tormenta que el 7 de julio de 1930 anegó Vila y que el autor describió, en verso, pormenorizadamente en 28 estrofas de rimas «sencillas» y un final en el que tira de las orejas a los políticos: «Sabía contar historias», subrayó Tur. Quizás, añadió, porque en esa época no había móviles ni tablets y los niños escuchaban atentamente a sus mayores contar relatos en torno al fuego.

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