Cada vez más bares y restaurantes permiten el acceso a nuestras mascotas. Sin embargo, a veces, el trato que reciben tanto los animales como los dueños por parte del personal no es el correcto o el que se espera y puede convertir la velada en una mala experiencia.

Eso es exactamente lo que le pasó a un hombre que decidió ir a cenar con su perrita a un restaurante de Ibiza. "Nos trataron fatal", asegura el cliente en su comentario en TripAdvisor que añade que su mascota era "más educada que el personal sin duda".

Aunque la perra se quedó dormida debajo de la mesa y "no se movió", según la versión del hombre, la camarera le pidió en reiteradas ocasiones que la ataran. "Era evidente que le incomodaba que estuviésemos allí", lamenta este cliente en su reseña, en la que asegura que finalmente se fueron "sin cenar a otro restaurante". "Con un patio igual de agradable y bonito, con una comida riquísima y donde no pusieron ningún tipo de problema, es más se deshacían en atenciones con la perra", afirma al final de su comentario.

Algo parecido le pasó a otra vecina de la zona y clienta del establecimiento que, finalmente, acabó cenando también en el otro restaurante que menciona el primer testimonio. "Tengo una perrita Golden muy educada y que nunca da problemas y voy con ella ya que en este local no hay ninguna señal de prohibido perros, pero desde que te ven entrar con ella, los camareros se dirigen a ti de muy malas maneras", asegura la mujer.

Durante la cena, la perra también se había acomodado debajo de la mesa, "sin molestar absolutamente a nadie", pero la camarera increpó "varias veces" y "de muy malas maneras" a la mujer, por lo que decidió marcharse sin cenar del lugar, lamenta.

Finalmente, cenó en el mismo restaurante que el primer cliente donde el trato fue completamente opuesto. "Varios camareros comentaron lo bien que se portaba la perra y siempre que pasaban la acariciaban además de traerle agua sin que yo lo pidiera", comenta agradecida la mujer.