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Arte&letras

Un crimen cuya solución está en los emails

Janice Hallett renueva el estilo de la novela de misterio con ‘La apelación’, fascinante intriga escrita con los correos y mensajes de los sospechosos de un asesinato

Un crimen cuya solución está en los emails Janice Hallett

La novela de misterio, desde sus orígenes decimonónicos y victorianos, ha tirado siempre del género epistolar como un recurso de primer orden para la construcción de sus tramas, convirtiéndose además en precursora del género policíaco y de suspense. Multitud de clásicos del género han demostrado la potencia que puede alcanzar un relato donde se introduce la perspectiva fragmentada de terceros, cuya comunicación a través de sucesivas cartas o notas permite al autor dosificar la información que suministra al lector y mantener constante la tensión de la historia.

Pero los tiempos cambian una barbaridad y la tradicional correspondencia dejó paso hace ya mucho a los emails, SMS y whatsapps, elementos que le han servido a la autora británica Janice Hallett para escribir ‘La apelación’, una espléndida intriga que le ha servido para ser calificada en su debú como la Ágatha Christie del siglo XXI y que ahora publica en España la editorial Ático de los libros. El escenario elegido de ya de entrada lugar a la comparación, pues la trama nos sitúa en el bucólico pueblecito inglés de Lockwood, donde una compañía teatral amateur (The Fariways Players) inicia una campaña para recaudar fondos a favor de una niña enferma de cáncer. Por supuesto, el crimen hará finalmente acto de presencia, y dejará una lista de 15 sospechosos como posibles autores del asesinato.

La originalidad de ‘La apelación’ reside sin duda en el modo en que Hallett nos sirve la historia. Dos pasantes de un bufete de abogados, a instancias de su jefe, deben repasar la correspondencia del caso para sacar una nueva perspectiva de los hechos. La tarea es ardua, porque el ingente volumen de correos electrónicos y mensajes que se enviaron todos los sospechosos durante los meses previos al asesinato esconden, entre muchas conversaciones en apariencia intranscendentes, las claves para conocer la verdad de lo que ocurrió. En realidad, Hallett ha planteado el libro como un gran juego detectivesco, donde las pistas están repartidas con mucha inteligencia, para que el lector pueda adelantarse a la resolución del crimen, como en el Cluedo. Un trabajo inteligentísimo, que destina además un refinado humor británico que lo hace doblemente atractivo.

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