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Baleares ha tenido más muertes por covid el año de la vacuna que en 2020

Los 470 fallecimientos atribuidos a la pandemia hasta el pasado diciembre se han elevado a 524 durante los diez primeros meses de 2021

El número de víctimas mortales del coronavirus crece un doce por ciento en 2021 en Balears.

Una de las paradojas de la percepción social de la covid se refiere al número de fallecimientos asociados a la pandemia, que se contempla intuitivamente como una realidad en retroceso. De marzo a diciembre de 2020, en la fase más cruda de una enfermedad hasta entonces desconocida, sin tratamiento y sin mecanismos de inmunización desarrollados, Balears registró oficialmente 469 muertes debidas al coronavirus. La aparente contradicción establece que la contabilidad mortal se eleva a 524 personas durante los diez primeros meses equivalentes de 2021, en un periodo a lo largo del cual se ha conseguido vacunar al 71 por ciento de la población, el contingente más bajo de España.

El incremento en la cifra de fallecidos del primer año con vacuna frente al ejercicio inicial de 2020 roza el doce por ciento en Balears, por encima de los márgenes evaluados a nivel global. Con los datos del pasado viernes, la comunidad ha sufrido 994 muertes causadas por la pandemia. Un factor que ayuda a explicar las 55 personas de incremento apunta a los registros poco fiables durante el estallido de la crisis sanitaria, en la primavera del pasado ejercicio.

Pedro Sánchez llegó a estimar en público que los casos no diagnosticados podían triplicar fácilmente a los tabulados, con el consiguiente correlato en fallecimientos no adjudicados a la pandemia por error. Esta minoración también pudo afectar a Balears, la primera comunidad española que recogió la enfermedad de un residente. La rebaja se produjo a pesar de los amplios y muy detallados criterios que estableció la Organización Mundial de la Salud para asignar una víctima mortal. La OMS ni siquiera exigía un test de laboratorio para sustanciar la anotación, bastaba con la coincidencia de síntomas o con la detección de la covid en concurso con otras enfermedades.

Los contagios por coronavirus también han experimentado un crecimiento espectacular en Balears durante el presente ejercicio. Los 35 mil casos de los diez meses de vigencia de la pandemia en 2020 se han incrementado hasta los 65.000 de idéntico periodo de 2021, para sumar los más de cien mil enfermos acumulados hasta la fecha.

El doce por ciento de aumento de los fallecimientos en Balears se mueve a niveles muy inferiores al 86 por ciento de enfermos adicionales en 2021. Sin embargo, el medio centenar largo de fallecimientos de diferencia se ha registrado a pesar de que la vacunación implica por definición una reducción en los datos de ingresos hospitalarios, así como una suavización de los síntomas.

El mantenimiento de los casos activos de la comunidad en torno a 900 enfermos aporta una pista adicional de que la efectividad de los tratamientos no evoluciona al mismo ritmo que la puesta a punto de vacunas. En junio del año pasado, la comunidad se mantuvo por debajo del centenar de contagiados simultáneos.

Desde el punto de vista de la percepción psicológica que ha sido capital en el encaje social del coronavirus, la mayor mortandad de 2021 ha sido aceptada con más naturalidad que las cifras menos dramáticas de 2020. La convivencia con la pandemia es tranquilizadora por encima de los datos concretos, como si dependiera antes de la duración de la enfermedad que de sus efectos dañinos. El consenso sanitario en defensa de las vacunas establece que el número de víctimas mortales hubiera sido más elevado de no haber dispuesto de las técnicas de inmunización artificial. Es una hipótesis plausible, pero de imposible verificación como todos los contrafactuales.

La obligación de explicar el crecimiento apreciable de contagiados y fallecidos en Balears, tras la administración de 1,6 millones de dosis vacunales, conduce a la interpretación de que la liberación de las restricciones ha compensado con exceso al efecto de los fármacos inoculados a la población. Aprovechando los compartimentos estancos que suponen las islas, Ibiza presenta ahora mismo una incidencia acumulada por encima de los cien nuevos casos por cada cien mil habitantes, en consonancia con la prolongación de su temporada turística. En cambio, Menorca ha llegado al sosiego pandémico fácil de relacionar con la conclusión del trasiego estival.

El aumento de víctimas mortales a lo largo de 2021 es una constante en todo el planeta, que acumula hasta la fecha 250 millones de casos y cinco millones de fallecimientos. Sin embargo, esa tendencia se agudiza en Balears, debido a que el año pasado registró una relativa bonanza por comparación con las cifras registradas en otras regiones.

Ahora mismo, Balears presenta un parte de bajas que solo es mejorado en números absolutos por La Rioja y Cantabria. Sin embargo, al cotejar los datos respecto a la población, la mortandad es mucho menos lesiva en Canarias o Navarra. El goteo incesante de muertos adquiere mayor relevancia dado el suave repunte de contagios, con visos de sexta ola. El archipiélago tampoco puede confiar en una mejoría de las cifras de fallecimientos, procedentes en su inmensa mayoría de ingresos en UCI, basada en la vacunación. El proceso de inyecciones se halla absolutamente estancado, siete puntos por debajo de la media estatal.

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