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Historia

Un arqueólogo ibicenco en Líbano

Josep Garí pasó junio y julio en Tiro para excavar en una ciudad de 5.000 años de historia y con un gran valor patrimonial | Asegura que fue como descubrir la historia de sus bisabuelos debido a los vínculos culturales que hay entre Ibiza y el país

El equipo de arqueólogos en Tiro, con Garí con camiseta verde a la derecha. J. G.

El arqueólogo ibicenco Josep Garí pasó los meses de junio y julio excavando en Tiro, una ciudad libanesa de 5.000 años de historia. Garí conoce perfectamente el país, ya que acude a él prácticamente cada año para trabajar en este proyecto desde hace unos 25 años. Destaca los vínculos culturales entre Ibiza y el Líbano: «Excavar allí fue como descubrir la historia de mis bisabuelos», asegura. 

Un arqueólogo ibicenco, Josep Garí (Ibiza, 1964) ha estado dos meses en el Líbano para excavar en la ciudad de Tiro, con 5.000 años de historia (desde el 3000 a.C. hasta la actualidad), en calidad de miembro del laboratorio de Arqueología de la Universitat Pompeu Fabra (UPF). Hace unos 25 años que Garí se traslada regularmente al país (cada año o no, dependiendo de la situación política) para desarrollar su pasión por la arqueología en un proyecto en el que colaboran la UPF, el Ministerio de Cultura del Líbano y, desde este año, el Centro Polaco de Arqueología Mediterránea de la Universidad de Varsovia (PCMA UW).

Imagen general de la excavación de la ciudad de Tiro en la que participa Josep Garí. J. G.

El ibicenco estuvo desde el 3 de junio al 28 de julio en la ciudad de Tiro, situada al sur del país, fronteriza con Israel. En conversación con Diario de Ibiza, destaca las similitudes culturales entre Ibiza y la ciudad libanesa: «Sobre todo en los restos de la época fenicia del terreno sobre el que hemos trabajado, hay ciertas similitudes con Ibiza y con Occidente en general», explica. «Hay que tener en cuenta que Ibiza fue fundada por los fenicios, concretamente por fenicios que originariamente venían de Tiro», agrega Garí, que concluye que ambos lugares guardan, de alguna manera, una similitud cultural. Algo que es más evidente al estudiar los hallazgos arqueológicos de la Antigüedad, principalmente de los primeros momentos de la fundación de la ciudad de Ibiza.

Imagen de la excavación en Tiro. | J.G.

Conocer a los bisabuelos

Es por ello que este profesional siente que los estudios que hizo en el Líbano sobre los restos encontrados le hacían sentir como que estudiaba su propio pasado: «Para mí era casi como ir a excavar la historia de mis bisabuelos».

Columnas en el terreno donde trabajó Garí. J. G.

Así, Garí, que formaba parte de un equipo de ocho arqueólogos y aproximadamente 18 trabajadores auxiliares, se levantaba cada día a las cinco de la mañana para comenzar a excavar a las seis (cuando amanece en Líbano) y terminar a las 13 horas. Ya por la tarde, todos hacían otro tipo de labores en los almacenes del museo de Tiro: hacer planos y dibujar, limpiar material, reconstruir, clasificar y, en general, todas las labores de estudio y preparación e inventario de los hallazgos del día.

Arco monumental, cercano al hipódromo romano de Tiro. J .G.

«Este proyecto hispano-polaco-libanés se viene trabajando desde hace muchos años y ya había cosas hechas previamente, la necrópolis de Tiro comenzó a excavarse hace 26 años y en el 2015 comenzamos con la acrópolis», matiza Garí. El terreno a explorar se ha ampliado mucho este año debido a que en los últimos años los arqueólogos localizaron un templo «de dimensiones extraordinarias» y el objetivo era conocer su entorno.

Garí (derecha) en la excavación junto a un compañero. J. G.

«Estuvimos todos excavando en una de las ciudades fenicias más importantes de la Antigüedad, tiene 5.000 años de historia, y el sector en el que hemos trabajado ahora se sitúa en la acrópolis de la ciudad», destaca Garí, que señala que, del mismo modo que ocurre en Dalt Vila, se encontraron con toda una zona de templos, edificios monumentales (principalmente religiosos) y, evidentemente, con calles y casas: «Hemos podido documentar varias de las vías romanas de la ciudad, la vía que se dirigía al templo, otro templo muy cercano, una serie de casas, pozos…».

Miscelánea mediterránea

El ibicenco, que reside en Vila, explica que lo que más la ha llamado la atención es precisamente «la monumentalidad» de los restos: «La gente que vivía allí seguramente no sería del escalón social más bajo, sino lo contrario». Garí asegura que «hay muchísimas columnas y muchísimos restos de edificios monumentales con piedras traídas desde todo el mediterráneo»: «Hay granito rosa traído desde Egipto, me refiero exactamente a columnas de ocho metros de altura de una sola pieza, imagina transportar esto hace 2.000 años desde Egipto en un barco», recuerda el arqueólogo. También hallaron granitos grises de Turquía y de Siria o mármoles de Grecia. «Sobre todo los romanos quisieron hacer una ciudad muy monumental para que se viese la riqueza que tenían, y esta riqueza todavía sigue impresionando», cuenta.

Como viajar en el tiempo

En su encuentro con este diario, Garí recuerda que en el Líbano y en Oriente en general, cuando una ciudad se destruía, «cosa que pasaba frecuentemente, bien por las guerras o por fenómenos naturales como terremotos», lo que se hacía era cubrir todo de tierra y volver a levantar una ciudad por encima, y esto también es el caso de Tiro. En Oriente se llama Tell, que quiere decir montaña artificial, en referencia a todas aquellas ciudades que se han ido construyendo una por encima de la otra, llegando a formarse poco a poco una especie de montaña. «Lo primero que te encuentras al empezar los trabajos de excavación es la ciudad de época romana-bizantina, porque Tiro fue destruida en el siglo VI dC por un terremoto, y los restos permanecen intactos. Encontramos las columnas y todo caído de cuando ocurrió todo aquello». Así, cuenta que a medida que estos trabajadores iban bajando niveles en esta montaña de ciudades, podían ir retrocediendo en el tiempo. «De hecho, hemos hecho sondeos que llegan a la roca natural y encontrado las primeras edificaciones del 3000 a.C., así que allí tenemos todas las fases desde el 3000 a.C. hasta el siglo VI d.C.», confirma Garí. «Y es que estamos hablando de una ciudad enorme que se ha conservado prácticamente entera, cosa que es muy habitual en el Líbano, no es solo nuestra excavación, sino que hay muchas otras, con unos niveles de tierra, además, que pueden llegar a tener metros de profundidad, algo que es inimaginable en Ibiza», subraya.

Proyecto internacional

Esta excavación de Tiro es un trabajo a tres

En el proyecto participan la Universitat Pompeu Fabra, el Ministerio de Cultura de Líbano y, desde este año, el Centro Polaco de Arqueología Mediterránea de la Universidad de Varsovia. Los restos hallados permanecerán en el país, pero la documentación recabada podrá ser estudiada por las universidades que participan en este proyecto cultural. 

Todos los restos hallados durante el trabajo de Garí y sus compañeros (cerámicas, capiteles, …) se depositarán en los almacenes del museo de la ciudad de Tiro. Del país solo se sacará la documentación que Garí y sus compañeros de profesión iban clasificando por las tardes, de modo que se pueda analizar y estudiar desde las universidades que participan en el proyecto.

Ir a la «madre patria»

En sus días libres Garí aprovechó para visitar otros puntos del país: Sidón, Beirut, Biblos o Deir el Qamar. Garí reconoce que los trabajos han sido duros: bajo 38 grados y sin apenas sombra. No obstante, expresa que Tiro es una ciudad en la que le hace especial ilusión desarrollar su pasión por la profesión: «Cuando era pequeño, ya era como un referente para mí, sabía que los fenicios de Ibiza eran originarios de esta ciudad libanesa, así que era como un sueño ir a la ‘madre patria’, y nunca hubiera imaginado que podría ir a excavar allí», explica con ilusión este arqueólogo ibicenco. La primera excavación en la que colaboró fue en Ibiza y cuando solo tenía 14 años. Desde entonces no ha parado.

«Excavar en el Líbano es como descubrir la historia de mis bisabuelos» «Los romanos quisieron hacer de Tiro una ciudad muy monumental para que se viese la riqueza que tenían, y todavía sigue impresionando»

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Si todo sigue bien en el país, sin ningún problema excepcional, el año que viene regresará una vez más al Líbano: «La idea es continuar hasta que el cuerpo aguante».

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