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CATÁLISIS

El Rey compite en el barco de «los delgaditos»

La reforma del ‘Aifos’, donde navega Felipe VI, se basa en la redistribución de los pesos para ganar velocidad y la sustitución del velamen por uno más ligero y la electrónica para actualizarla

El capitán, Ricardo Álvarez-Maldonado, con el Rey. | COPA DEL REY raquel galán. palmaMatías Vallés

«Los 13 delgaditos» del Aifos, una tripulación que suma 990 kilos, y el cambio de pesos dentro del barco en el que compite el Rey han sido las claves de la renovación del velero de la Armada construido en 2005 y que estos días surca la Bahía de Palma. «Tras un estudio de predicción de velocidad, se decidió que lo más importante era la redistribución de pesos, quitándoselo al bulbo de la quilla y repartiéndolo por el interior», como explica a DIARIO de MALLORCA el capitán, Ricardo Álvarez-Maldonado. Los tripulantes también tuvieron que poner de su parte. «No podemos pasarnos de kilos y nos estamos controlando mucho cada día», añade quien en broma les llama «los delgaditos».

El velero de la Armada con el rostro del marino Juan Sebastián Elcano en el nuevo ‘spinnaker’. La vela mayor es de carbono. | BALLESTEROS / EFE

La cabeza pensante para ganar velocidad en la Copa del Rey con un barco de competición antiguo ha sido el teniente coronel de la Armada Ximo González de Besa, miembro de la Comisión Naval de Regatas. Firma una reforma llevada a cabo «en tres meses en la Base Naval de Portopí a cargo de la tripulación y empresas de Palma», detalla el capitán. Y con esta «puesta a punto» se colocan en el tercer lugar del ránking de la regata, «peleando en cabeza con veleros modernos y patrones muy buenos», se congratula.

El Rey compite en el barco de «los delgaditos»

El Rey compite en el barco de «los delgaditos» raquel galán. palmaMatías Vallés

Además de la redistribución de pesos, que «no lo ha aligerado», los otros cambios realizados han sido la electrónica y el velamen. En cuanto a la primera, «era muy necesario por su antigüedad, ya que estaba fuera del mercado y no había repuestos de piezas ni se podía actualizar el software». Del plano vélico, Álvarez-Maldonado destaca la sustitución de las velas de globo (spinnakers), que llevan la imagen del histórico marino Juan Sebastián Elcano debido al quinto centenario de su vuelta al mundo, y el cambio de la mayor y la génova. «Estas son de carbono, más ligeras, y se han comprado de segunda mano». El responsable del Aifos 500 concluye respecto a la renovación que «también se ha pintado el casco, la cubierta, la obra viva, el mástil y la botavara», ambos de carbono, un material «habitual en los barcos de regatas por su ligereza», especifica.

El resto de los elementos son los originarios de 2005, como el motor de 60 caballos, que «se usa solo para entrar y salir de puerto»; y los winches manuales, «nada de eléctricos ni hidráulicos», todo ello para desplazar un velero de 52 pies de eslora (15,8 metros) y unos tres metros de calado que fue construido en los astilleros de Cookson (Nueva Zelanda) y en su momento era uno de los tres de la clase TP52 que había en España junto al Bribón y el Caixa Galicia.

Primera reforma en 2008

No es la primera reforma de la que es objeto el Aifos, ya que en 2008 cambió de la clase TP52 a la IRC, «porque se quedó anticuado rápidamente», y le instalaron un botalón de proa fijo, no retráctil, entre otras mejoras. «Navegamos durante tres años en la MedCup y no éramos competitivos por la aparición de numerosos barcos nuevos mucho más veloces», en palabras de Álvarez-Maldonado. La remodelación de hace 13 años y una buena tripulación les llevó a ganar la Copa del Rey de aquel verano. El entonces Príncipe de Asturias no iba a bordo del Aifos, sino del barco de la CAM. El velero de la Armada continuó hasta 2016, cuando fue sustituido por otro el verano siguiente, un Corel 45, y por un moderno Swan 50 en 2018 y 2019 cedido por los prestigiosos astilleros de Finlandia. Ahora el antiguo TP52 demuestra día a día que continúa luchando por la Copa del Rey.

El Rey ha de medir cada día sus palabras, sus posibilidades de supervivencia y ahora también su peso corporal para timonear un barco de lujo disfrazado de austera rehabilitación. Se llama ‘Aifos’ y no ‘Aitizel’ porque reina y madre (o Erdam) no hay más que una. Ricardo Álvarez-Maldonado, hijo del jefe de la base naval de Porto Pi, demuestra que hay vida inteligente junto al monarca, aunque estén en minoría. Felipe VI también quiere darle caña a su padre en la regata con el nombre de ambos. El Jefe de Estado solo encuentra la España que ama en el mar mallorquín, donde reina el respeto mutuo.

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