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Los pisos en Ibiza son un 55% más caros que en el conjunto de Baleares

El metro cuadrado en Vila se sitúa en 4.829 euros, mientras que en Palma cuesta 3.056 euros | El precio de la vivienda en Formentera se ha multiplicado por cuatro en los últimos 15 años

La construcción de viviendas no se ha traducido en un descenso de los precios. | VICENT MARÍ

¿Qué se puede comprar con 50.000 euros? Por esa cantidad, en la isla de Mallorca es posible adquirir un piso de 50 metros cuadrados en barrios como Son Gotleu o Camp Redó. En Ibiza, nos alcanza para una amplia y confortable plaza de garaje en la zona del paseo marítimo de Botafoc con derecho a un trastero de 10 metros cuadrados. Es la conclusión de los datos estadísticos que recoge el portal inmobiliario Idealista.com y que señala que todos los municipios pitiusos -seis- están entre los ocho con la vivienda más cara de Balears. Pleno completo para las Pitiusas en el podio de la vivienda a un precio prohibitivo, un honor compartido también con los municipios de Andratx y Deià.

Evolución del precio de la vivienda

Así, según este registro, Formentera es la zona donde el metro cuadrado es más caro (7.491 €), seguida por Sant Joan (6.312 €). Santa Eulària, Vila y Sant Josep se sitúan en precios muy parecidos, que oscilan entre 4.800 y 4.900 € el metro cuadrado, mientras que Sant Antoni es el municipio pitiuso con la vivienda más barata, con el metro cuadrado a ‘solo’ 3.800 euros. Precios que se sitúan a años luz de los de ciudades como Palma (3.056 €), Ciutadella (2.274 €), Maó (2.042 €) o Manacor (1.563 €). La media en la isla de Ibiza es de 4.830 euros el metro cuadrado, mientras en el conjunto de Baleares es de 3.169, lo que supone que en la pitiusa mayor es un 55% más elevado.

El drama de buscar piso

Quienes sufren estos baremos son aquellos que están buscando una vivienda. En los dos portales inmobiliarios más populares -Idealista.com y Pisos.com- la horquilla más barata de precios en Ibiza es de 90.000 euros, y por ese precio se pueden adquirir estudios de 20 o 30 m2, opciones no demasiado aptas para claustrofóbicos. Por esa misma cantidad, es posible comprar un piso de tres habitaciones y 101 m2 en el centro de Manacor, o uno de 60 m2 en Ciutadella, amén de lujos increíbles como disponer de luz natural e incluso de cocina.

«Por menos de 100.000 euros es imposible encontrar nada fiable en Ibiza», admite Jeffrey Fernández, delegado en las Pitiüses del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria, «Es probable que si esa vivienda es tan barata, es porque tenga algo fuera de ordenación, infracciones denunciadas o que carezca de cédula de habitabilidad». 

Fernández considera que los precios que marcan las estadísticas de las inmobiliarias están hinchados en un 10%, pero reconoce que la disparidad de precios entre islas es una realidad: «La demanda de pisos que tenemos en Ibiza no es la que hay en Inca o sa Pobla, de ahí la diferencia de precios».

Precios que no bajan

Quienes tenían la esperanza de que con la crisis sanitaria el precio de la vivienda bajaría en Ibiza, se han topado con la dura realidad. «No han bajado nada. Si algún piso ha reducido su precio es porque el propietario tenía una urgencia por vender, pero son casos excepcionales», comenta el portavoz pitiusos del Colegio de API. La estadística de Idealista.com -el portal de referencia en los medios de comunicación- señala un descenso de los precios en este último año muy discreto, de un 7’5% en Sant Antoni, un 4,4% en Vila o apenas un 1,5% en Sant Josep. «Son solo pequeñas correcciones de cantidades ya muy hinchadas», comenta Fernández. Una corrección mínima, teniendo en cuenta que entre 2017 y 2018 el precio del metro cuadrado aumentó un 46% en Sant Antoni y un 30% en Sant Josep. 

La burbuja de pisos no se ha deshinchado ni se espera que lo haga. «Es tan fácil como la oferta y la demanda. Hay escasez de suelo y, por tanto, suben los precios. En Formentera, donde por las características de la isla la escasez de suelo es más exagerada, los precios son incluso un 30% más elevados que en Ibiza», explica el agente de la propiedad inmobiliaria, quien señala también el motivo por el cual la fiebre constructora que se vivió durante la primera década de este milenio no se tradujo en una bajada de los precios, como cabía esperar de la famosa ley de la oferta y la demanda: «Fue una burbuja. Se construyó para especular».

En una isla de las dimensiones de Mallorca, alejarse 50 kilómetros de Palma supone que los pisos bajen su precio hasta un 50%. Ibiza y Menorca tienen un tamaño menor, pero la evolución del mercado inmobiliario ha sido muy distinta. Según datos del Institut d’Estadística de Baleares, entre 2006 y 2019 el precio de la vivienda en Ibiza ha aumentado un 96% y en Formentera un 404% (se ha cuadruplicado). En Menorca el precio se ha mantenido estable, con solo un leve aumento del 3,5%. 

Un comportamiento que se corresponde con la evolución de la población en estos mismos años: mientras que Menorca apenas registra un leve incremento, Ibiza ha crecido en 38.000 habitantes -un 33%- y Formentera lo ha hecho en un 49%. «Mientras haya gente que quiera vivir aquí, los precios subirán», sentencia el delegado de los API.

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