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Crisis sanitaria | Nuevas restricciones

Ocio de Ibiza: «Tenemos claro que las discotecas no abrirán este verano»

José Luis Benítez apunta a las fiestas ilegales y los botellones como causa del incremento de los contagios

Imagen de archivo de una discoteca antes del virus. GABI VÁZQUEZ

La asociación Ocio de Ibiza no necesita que el Govern le comunique oficialmente que no podrán abrir las discotecas este verano. Hace días que lo saben. De hecho, ni se les pasa por la cabeza, afirma el gerente de la agrupación, José Luis Benítez, horas después de que la consellera de Presidencia, Mercedes Garrido, confirmara en la isla que el Ejecutivo no tiene previsto autorizar la apertura de las salas de fiestas. «Vemos los datos y no somos tontos. Además, somos responsables. Ya lo dijimos el año pasado, que priorizábamos la salud, y esta temporada seguimos en la misma línea», señala Benítez, que insiste en que no se les pasa por la cabeza abrir.

«Se ha demostrado que la culpa del aumento de los contagios no es del ocio legal, sino de las fiestas en villas, de los botellones y de los locales que funcionan como salas de fiesta sin tener licencia», continúa el portavoz de la asociación, que critica la «falta de control» de estas actividades. «Nos molesta que hablen del ocio en general cuando, en realidad, todo esto es ocio ilegal», apunta Benítez, que confiesa que los empresarios del sector están «cansados» de que, al final, «paguen justos por pecadores».

Fiestas sin seguridad

En este sentido, lamenta el nuevo varapalo que se han llevado los bares y restaurantes de la isla, que a partir de mañana se verán obligados a cerrar una hora antes, a la una de la mañana, tras el endurecimiento de las restricciones decretadas por el Govern, en un intento de frenar los contagios. «Están trabajando maravillosamente mientras en casas y villas se están cometiendo ilegalidades y no se cumplen las medidas de seguridad», señala el portavoz de Ocio de Ibiza.

La agrupación apoya al Consell de Ibiza en su propuesta de emprender un cambio legislativo que permita controlar las fiestas ilegales, un negocio al alza en estos momentos en la isla: «Esto es, ahora mismo, lo más cool. La gente paga una cantidad importante de dinero para entrar a estas fiestas, en las que nadie te va a decir nada hagas lo que hagas, no se controla el aforo y, además, no pagan impuestos». «Así nos va», lamenta Benítez, que califica de «triste» la situación epidemiológica en la que se encuentra ahora mismo la isla.

‘Discjockeys’ y suministros

El portavoz insiste en la necesidad de controlar e impedir estas fiestas ilegales. Apunta, por ejemplo, a los suministros: «Para celebrarlas son imprescindibles distribuidores de comida y bebida, de hielo y empresas que se encarguen de las luces y el sonido». El gerente pide «responsabilidad» a todas estas empresas para no colaborar en el incremento de los contagios y reitera su propuesta de que, cuando los clubes puedan volver a abrir sus puertas, se impida pinchar en ellos a los discjockeys que hayan participado en estas fiestas privadas.

« La gente paga mucho dinero por estas fiestas sin control y que no pagan impuestos» « No tenemos una negativa del Govern, pero tenemos claro que no abriremos»

José Luis Benítez - Gerente Ocio de Ibiza

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«Hay que atajar este problema», señala el gerente de la asociación, que destaca que esto no es posible sin «voluntad ni responsabilidad política». Benítez recuerda la andadura que han hecho los últimos meses, primero pensando que podrían abrir a principios de julio, luego a finales. «Ahora no hemos recibido una negación directa, pero no somos unos irresponsables y todos tenemos claro que no podremos abrir», reitera Benítez, que asegura que si no vieran la situación clara ya habrían «alzado la voz» para exigir que les dejaran abrir, por fin, este verano.

Estas dos temporadas en blanco no supondrán la quiebra de las grandes discotecas de la isla, afirma el portavoz de Ocio de Ibiza, que destaca que «tienen pulmón» por los «números envidiables» de muchos años de éxito. «Se trata de grandes empresas que, incluso estando cerradas tienen a entre 20 y 40 personas trabajando», indica Benítez, que tiene bastante claro que, en vista de los datos epidemiológicos, no les queda otra que pensar en 2022.

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