Las denuncias de varios vecinos sirvieron para detectar y restringir el acceso una fiesta clandestina que se celebraba en la noche del domingo y la madrugada del lunes en el municipio de Sant Joan. Los organizadores de la fiesta, habían dispuesto un servicio de transfer hasta el evento desde una zona agrícola y boscosa junto al camino de Atzaró, a unos 500 metros de la carretera de Sant Joan.
Según el relato de uno de los denunciantes, que ayer por la mañana remitió diversos vídeos de los numerosos vehículos, taxis y furgonetas que iban llegando a la zona, la concentración empezó a las once y media de la noche. A esa hora, tras una cena familiar, él y sus acompañantes visitaron una casita de campo de su hermana para ver cómo había arreglado el porche y la iluminación.
Al llegar, se encontraron con que en los terrenos de su propiedad y algunas zonas colindantes, que se encuentran sin vallar, había algunos coches estacionados y varias personas bebiendo.
Tras pedir explicaciones, les explicaron que iban a una fiesta. «Unos españoles nos dijeron que habían pagado un pastón para ir a una villa de lujo», relata. «Había unos italianos, que eran los que lo organizaban todo, que iban metiendo a la gente en furgonetas que los llevaban a la fiesta».
Según este testimonio, los vehículos siguieron llegando hasta la una y media de la madrugada e iban aparcando junto al camino de Atzaró y en las feixes de la zona, mientras que sus ocupantes eran dirigidos a las furgonetas de los organizadores.
«Incluso salió una persona del maletero de un taxi», asegura. De hecho, en uno de los vídeos que aporta, se escucha a sus acompañantes sorprenderse y exclamar al registrar ese momento. Tras dar aviso a la Guardia Civil, se personaron unos agentes en la propiedad de sus familiares y siguieron discretamente a una de las furgonetas para localizar la fiesta.
Comunicado del Consell
Además, el Consell de Ibiza emitió ayer un comunicado para informar de que, a través de su departamento de lucha contra el intrusismo, participó para atajar este evento junto a la Guardia Civil, que desplegó un control de tráfico. Además de las denuncias del punto de encuentro, otros vecinos también avisaron por las molestias ocasionadas por la música en la fiesta, que se disolvió a las tres de la madrugada, según detalla el Consell.
La directora insular de lucha contra el intrusismo, Naihara Cardona, quiso valorar la labor policial, contra estas fiestas ilegales, «que tanto daño hacen a la isla [...], porque se celebran sin ningún control sanitario ni económico y representan una competencia desleal».
