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Entrevista Rafa Macarrón Pintor

Rafa Macarrón: «Soy coleccionista y me apasiona todo. Gasto casi lo que gano en comprar arte»

El artista madrileño consiguió un espectacular éxito de público en la apertura de su exposición ‘El Bañista’ en La Nave de ses Salines, donde cuelga una veintena de sorprendentes lienzos

Macarrón ante ‘El bañista’, la obra que da título a la muestra. | VICENT MARÍ Juan Suárez

Rafael Macarrón ha sorprendido al mundo del arte local con una colorista y surrealista exposición en La Nave de ses Salines, auspiciada por Lío Malca, Alberto Chehebar, Jocelyn Katz y la Fundación La Nave Salinas, por la que pasaron cientos de amantes y curiosos del arte en la tarde del sábado. El vernissage de apertura congregó a numerosos pintores, fotógrafos, artistas locales y residentes en un elegante evento con el ambiente único de las grandes manifestaciones que este espacio de exhibición internacional ofrece cada verano. Macarrón es un artista tímido, un tanto introvertido, amante del ciclismo y la fisioterapia, y a la vez un magnífico dibujante que conjuga su trazo firme con el pincel con su pintura colorista, llena de personajes surrealistas en entornos urbanos, campestres o playeros. Es el caso de esta exhibición, con 19 obras en lino y papel inspiradas en la isla y elaboradas entre Madrid y Ibiza para esta muestra que lleva por título ‘El Bañista’.

El artista haciendo el gesto de firmar en el objetivo del fotógrafo. | VICENT MARÍ

De esta forma, Macarrón se convierte en el primer artista español que exhibe su obra en el espacio de Lío Malca, lo que supone al mismo tiempo una decidida apuesta del famoso galerista neoyorquino por el arte español. Malca no pudo asistir al multitudinario happening de la apertura por encontrase en Nueva York ultimando otras exhibiciones.

¿Usted ha sido ciclista profesional, luego fisioterapeuta y ahora reconocido pintor ¿Cómo se hace este camino?

He pintado desde niño, sobre todo dibujado. Vengo de una familia apasionada por el arte, desde mi abuelo a mis padres. Para mí era habitual ir al Museo del Prado, al Reina Sofía y otros museos importantes. Mis padres además eran coleccionistas, así que hay una tradición familiar intrínseca en nuestro ADN. Gracias a ello conocí a muchos pintores y aprendí. 

¿Le ha influenciado mucho su aprendizaje y educación de niño como dibujante?

Empecé desde pequeño con la bici y luego me decanté hacia el ciclismo profesional, pero me di cuenta que no era lo mío y entonces me dediqué a pintar. En 2007 decidí probar suerte y dedicarme un año a la pintura a ver qué pasaba, conseguí hacer una exposición en el Centro Cultural en las Rozas de Madrid y desde entonces no he parado. 

De hecho, en estos momentos no hay ningún cuadro suyo a la venta en el mercado.

Sí, está todo vendido. Hasta lo que expongo en La Nave de ses Salines ahora. 

¿Conocía Ibiza de antes? 

He venido varias veces de pequeño y también de mayor. Conozco las competiciones ciclistas que se llevan a cabo en la isla, pero nunca he participado en ninguna. Solo hice un triatlón. 

¿Cómo surgió la idea de exponer en La Nave?

Hice mi primera exposición en un museo de gran renombre en Málaga y al poco tiempo me llamó Alejandra Navarro y me propuso exponer aquí. Cuando vi el espacio ya me encantó, además de lo que supone exponer en un lugar tan especial donde han concurrido artistas tan reconocidos como Keith Haring, Kenny Scharf, Marco Bambrilla, Bill Viola y Kaws.

¿Le impresionó?

Era un reto, porque llenar un espacio de tales dimensiones es difícil. Todo tiene que estar muy bien equilibrado ya que el conjunto de la obra es muy importante. Al ser una arquitectura tan racionalista y poder divisar todo el espacio en una mirada es como presenciar toda la exposición conjunta en un instante.  

¿Tiene un hilo conductor esta exposición? 

Es una idea que fue surgiendo. Hay un cuadro en el que el personaje parece que te mira cuando tú lo miras. En conversaciones con mi equipo y asesores convenimos que lo que parecía un bañista era algo tan sutil que se convirtió en una esperanza post-covid y se buscó poner una luz especial. 

¿Cuánto tiempo lleva trabajando en el proyecto de esta exposición?

Desde mediados de febrero. He trabajo gran parte de la obra en Madrid y he pintado un cuadro en las afueras de La Nave. 

¿El conjunto de la obra tiene un nombre concreto? 

No me gusta titular, es verdad que lo de ‘El bañista’ ha sido el hilo conductor de la obra, todos los personajes tienen que ver con la playa, la vestimenta, los espacios y el entorno de la isla. 

« Me gusta llevar mi arte al realismo aunque pinto personajes surrealistas que podrían vivir entre nosotros»

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¿Qué le inspira?

Me gusta evolucionar sobre mí mismo dibujando, la inspiración siempre surge al dibujar y me inspira todo lo que veo, desde un atardecer, la naturaleza, el entorno, la lectura o cualquier cosa que pasa por mis ojos. Si soy capaz de transmitirlo al lienzo es lo que hace que vibre la pintura. Para ser artista o pintor tienes que decir algo, claro. Y el estar muy vivo es muy importante. 

¿Cómo definiría su arte? 

Me gusta llevar mi pintura más al campo del realismo, aunque la gente lo interpreta más como surrealismo. Yo lo veo más realista porque son personajes que podrían vivir entre nosotros o en otro mundo como un realismo. Tiene rasgos expresionistas y como de nueva figuración?

¿Ha hecho alguna vez street art?

No, nunca siempre he pintado sobre papel, lienzo o escultura. 

¿Se siente más dibujante que pintor? ¿Cuál va antes?

Siento que un gran pintor tiene que ser un gran dibujante, porque no hay uno sin lo otro, cuando eres capaz de llevar el dibujo al lienzo y darle la fuerza expresionista que necesita, eso es lo que hace que vibre. 

¿Cómo ha pasado el covid?

Fastidiado, como todo el mundo. Viví el confinamiento en casa, habitamos como en una comuna mis padres, mis hermanos y los niños. Estuvimos un mes con susto y miedo apocalíptico por todo lo que pasó en Madrid. Me podría haber ido a pintar a mi estudio, porque soy autónomo, pero tenía un compromiso con los demás y por la situación general decidí dibujar en casa. Me vino muy bien porque estuve dibujando a tope y evolucioné muchísimo. El resultado de esta evolución se puede apreciar totalmente en las pinturas que se ven en La Nave. 

« Un gran pintor tiene que ser un gran dibujante. No hay lo uno sin lo otro para que la obra vibre»

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¿La pandemia ha afectado en su forma de pintar? 

Sí, sobre todo en no tener esa ansiedad de tener que pintar y pintar para poder cumplir con  las ferias y los compromisos internacionales, como todo se frenó un poco me pude centrar bien en esta exposición, como lo hice también en la del CAC de Málaga: al no estar obligado a la inmediatez pude hacer una pintura más elaborada. Esto me ha hecho madurar como artista y persona. 

¿La pintura en general ha vuelto a ser refugio de dinero, compra e inversión?

De hecho, en la época covid se ha vendido muchísimo arte. Se nota mucho cuándo baja el dólar. El arte al final es un refugio. Sí que es verdad que hay que buscar artistas muy consagrados porque lo que hoy vale mil mañana puede valer cero o diez mil. El arte está en auge y más ahora con las redes sociales. 

«Soy coleccionista y me apasiona todo. Gasto casi lo que gano en comprar arte»

¿Ve bien la tendencia de digitalizar la pintura?

Veo bien que entre la digitalización en nuestra vida y será irremediablemente así, aunque te podrá gustar más o menos. Sin embargo creo que el arte como lo conecemos seguirá siempre porque la pintura es lo más inmediato y puro desde el inicio de todos los tiempos.

¿Quién ha sido su pintor de referencia?

Picasso, Goya y Rothko, en la actualidad hay muchos contemporáneos que me vuelven loco. Encima soy coleccionista y me apasiona todo, por eso gasto casi lo que gano en comprar arte. 

Usted va lanzado como un cohete, de hecho no hay obra suya para comprar en este momento ¿Cómo asimila todo esto?

La verdad es que no lo sé, quizá porque es una pintura súper internacional. Los pintores a veces son muy nacionales o provinciales, o localistas, que triunfan en su zona y sucede que un lienzo en Santander te cuesta diez veces más que en Madrid. Mi pintura ha gustado tanto en América como en Europa, incluso en la parte más fría como Alemania les apasiona, pero también ha triunfado en Asia. Es universal. 

En sus cuadros predomina a veces el amarillo y el ocre ¿son sus colores favoritos?

Depende de la exposición. Al ser una exposición en la que se ven todos los cuadros de golpe, he intentado equilibrar toda la gama de colores. 

¿Tiene algún color favorito?

Soy un apasionado de todos los colores. Me encanta el amarillo pese a que es un color súper complicado, porque para conseguir que un cuadro funcione con amarillo hay que hacer un cuadro top. Es un color muy complejo porque se te queda el cuadro muy plano, pero lo manejo bien. 

¿Con qué sueña Rafael Macarrón despierto?

Con mis hijos. En poder seguir viviendo como lo hago ahora, que es lo que me apasiona. Me permite viajar a todas las ferias del mundo, conocer artistas, coleccionistas y museos.

Hábleme de su reciente faceta con la escultura. 

La escultura se me ocurrió cuando pasamos el covid. Me di cuenta que quería pasar muchos de mis personajes a escultura y darles otra vida. El tener la oportunidad de presentar esculturas en un museo como el CAC de Málaga fue un logro. Antes trabajaba con papel maché, luego pasé al bronce y al formato de escala museística. Siempre me ha interesado mucho la escultura porque dialoga mucho con toda mi obra. 

¿Esperaba una respuesta tan multitudinaria a su obra? 

Me ha sorprendido enormemente pero ha sido una apertura fantástica. No lo olvidaré.

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