Diario de Ibiza

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Salud mental.

Un ensayo para dar testimonio de la vida con esquizofrenia

Johnny Burt, pseudónimo del autor, ha formado una familia, cuenta con trabajo y vuelve a estudiar

Johnny Burt muestra la portada de su libro, que ha sido publicado por Ibiza Editions. | NOMBRE FEQWIEOTÓGRAFO

«La enfermedad mental sigue siendo un tabú, por mucho que se diga que hay que abrirse», asegura el autor de ‘Desintonía’. Prefiere que su nombre no salga a luz y escribe bajo el pseudónimo de Johnny Burt. En su obra, parte de la autobiografía para relatar cómo «la mente dijo hasta aquí hemos llegado». Tras esa experiencia, pasa a analizar cómo funcionan los pensamientos que le colapsaron en ese momento y con los que ha aprendido a convivir.

«Había aprendido que los pacientes graves no pueden tener vidas normales, pero después J se empeñó en demostrarme todo lo contrario», destaca el psiquiatra Gustavo Lucas Carbonero en el prólogo de ‘Desintonía’ (Ibiza Editions, 2020). J es su paciente y acaba de publicar un pequeño ensayo autobiográfico sobre su lucha para convivir con la esquizofrenia.

« Esta realidad distorsionada ha ido tomando una forma más inteligible»

JOHNNY BURT - AUTOR

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Con el tiempo, J ha encontrado un equilibrio entre la realidad objetiva y los juicios irreales que se generan en su mente cada cierto tiempo, pero cree que la sociedad no ha dejado atrás la estigmatización de esta patología. Por ello, se ha protegido bajo el seudónimo de Johnny Burt para retratar la esquizofrenia desde el punto de vista del paciente.

«He estado dos años plasmando ideas y repasando pensamientos para describir mi problema», apunta este ibicenco de mediana edad. En su caso, el equilibrio mental empezó a tambalearse cuando ingresó en el Ejército como profesional, en busca de dar un sentido a su vida que no encontraba en los estudios.

Su meticulosidad a la hora de cumplir con la escala de mando y los valores castrenses chocó con el desinterés de los soldados de reemplazo, que eran amplia mayoría en su cuartel. Se sintió rechazado y luego odiado. El sentimiento de acoso se agravaba a medida que las nuevas quintas relevaban a los soldados licenciados, mientras que él seguía sin acomodarse a las Fuerzas Armadas. Se sentía fracasado por no lograr acomodarse en la carrera que eligió para emanciparse.

«Fue un estrés y una presión continua. Me sentí al límite tanto tiempo que empezó a afectar a mis capacidades para relacionarme con las demás personas. Hasta que reventé, como si mi mente dijera ‘hasta aquí hemos llegado’». Tenía 23 años. Estuvo ingresado un breve tiempo en una clínica y empezó un largo tratamiento farmacológico.

« Escribir el libro ha sido terapéutico y he soltado todo el dolor que tenía»

JOHNNY BURT - AUTOR

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«Vivía una realidad que no entendía, una realidad aparentemente distorsionada». En su mente, se contraponía la percepción de sus sentidos «con ideas abstractas e ilógicas». Durante sus paranoias, llegó a pensar que el televisor le hablaba y que debía cumplir con lo que le decía.

Adaptarse a la medicación

«Siempre he tomado lo que me han prescrito, pero al principio me preguntaba si, en vez de ayudarme, me estaba deteriorando más», recuerda. «He cumplido con los medicamentos, incluso cuando me han sentado mal y han sido años muy duros adaptándome, pero ahora me ayuda».

Otro gran apoyo es Gustavo Lucas, su psiquiatra en los últimos quince años. «Me ha hecho llorar con el prólogo que ha escrito para el libro. Nos queremos y, después de tanto tiempo juntos, es un buen amigo», explica con emoción.

Para Carbonero, su paciente es el protagonista de «una lucha que dura una vida entera, siempre con la idea de sobrevivir dignamente y siempre dispuesto a pagar sus precios». «Es una historia de autosuperación y supervivencia», incide en el prólogo, «de levantarse y volverse a caer, un tremendo esfuerzo solamente para ser ‘normal’».

« Pensaba que la tele me hablaba y tenía que obedecerla»

JOHNNY BURT - AUTOR

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Para J, escribir el libro ha sido un proceso terapéutico con resultados más que positivos. «Lo hice para quitarme un peso de encima, soltar todo lo que tenía guardado y que no me dejaba vivir de tanto dolor que sufría». Además, le ha permitido analizar con perspectiva sus pensamientos hasta darse cuenta de cómo funcionan. «Esta realidad distorsionada ha ido tomando, con el paso de los años, una forma más inteligible, más entendible, totalmente distinta de la que no entendía en un principio.

Rehacer la vida

«Soy creyente y estoy agradecido al karma, a Dios o cómo se quiera llamar, por la oportunidad que he vuelto a tener para llevar una vida digna», destaca. Cada cierto tiempo, vuelven esos estados, «una o dos veces al año», que ahora asume con naturalidad. Rehuye un enfrentamiento que le podría sumir aún más «al otro lado» y con el alivio de saber que remite a los pocos días.

Conoció a su mujer, a la que dedica el libro, cuando ya estaba diagnosticado de esquizofrenia y ahora compagina su trabajo con su faceta de padre de familia. Pese a que en su juventud no fue un buen alumno, ahora cursa estudios universitarios. Está feliz, manteniendo unas rutinas sedentarias y evitando situaciones de estrés. Como sentencia su psiquiatra, «es un salto más allá del determinismo».

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