Si la campaña de rebajas ya se intuía difícil de pronosticar, su arranque no ha servido para despejar las dudas. Si en los últimos años han ido perdiendo protagonismo a causa del black friday y, sobre todo, de las ventas online, las lluvias y el frío de estos días tampoco han animado a la gente a salir de compras.

El presidente de la Asociación del Comercio Minorista de la Pimeef, José Javier Marí, admite que «hay incertidumbre para saber claramente cómo irá esta campaña». Por una lado, aunque las rebajas aún son un importante reclamo para el consumidor, «sin tener la fuerza que tenían hace 15 o 20 años», ahora pueden verse afectadas porque las ventas en las pasadas fiestas fueron mejor de lo que se esperaba.

«La gente, como no podía salir, ha gastado bastante en las compras de Navidad y Reyes y seguramente ahora contará con un presupuesto más bajo para esta campaña», apunta Marí. Por otro lado, la liberalización de las rebajas ha favorecido que el cliente no esté tan pendiente del calendario para ir a buscar ofertas. En el caso de la tienda de moda infantil Charanga, en la avenida Isidor Macabich, empezaron a mediados de diciembre.

Bajón respecto a 2019

Bajón respecto a 2019

Ahora tienen todas las prendas al 50% y se ve movimiento de clientes en su interior si se compara con el de la calle, pero la dependienta de Charanga, Tamara, precisa que «no es nada comparado con el año pasado, y eso que entonces ya se notó una bajada». Explica que, estos primeros días, las ventas benefician a la zona de Bartomeu de Rosselló, mientras que «aquí luego viene el boom en las segundas rebajas».

Yosef Mali acaba de pagar a Tamara algo más de 100 euros por numerosas prendas para sus dos hijos. «Siempre aprovecho lo que puedo de las rebajas». «Ya he ido a tres tiendas y ahora voy a buscar un abrigo para mí».

En la cercana calle Abad i Lasierra se concentran bastantes tiendas de ropa. Una de las más recientes es Oh Shop Ibiza, que ofrece descuentos del 30 y el 50%. Abrió el 22 febrero, así que aún no puede comparar con las campañas anteriores. «La verdad es que ayer [por el jueves ] no se veía nadie en la calle, porque llovió todo el día, y ahora está igual de tranquilo», se resigna Ana Egea. Su intención es mantener las ofertas un mes y cambiar la colección en febrero.

S'Alamera

S'Alamera

En el paseo de Vara de Rey, Angel's Shop permanece como uno de los pocos establecimientos veteranos, después del cierre de sus vecinos de Casa Domingo en 2017. «El primer día vino mucha gente por la mañana y por la tarde fue como una jornada normal, en cambio, ahora la mañana es tranquila», detalla Pepi Pérez, que lleva 20 años como dependienta en esta tienda de calzado.

«La verdad es que el movimeinto de clientes es impredecible y, aunque se sigue vendiendo, las rebajas de invierno no son el boom de antes», añade Pérez. Así, cree que «el black friday ha fastidiado bastante».

Lucía Benguria se prueba unas botas forradas. «Necesitaba unas, pero con este frío me vendrán aún mejor». Será su única compra, «porque este año hay que vigilar los gastos». Si en s'Alamera se observa cierto movimiento, el casco viejo es un páramo.

La marina vacía

La marina vacía

En el Mercat Vell, solo hay una tienda de ropa con las puertas abiertas, Babaz. «Estoy limpiando un poco y recogiendo la ropa, porque hasta marzo vamos a estar cerrados», aclara Mercedes Codina.

Esta boutique acabó la temporada el 30 de septiembre y, desde entonces, probó suerte algún día de octubre y el black friday. «Pero abrir ahora no vale la pena, está todo cerrado y solo hay el puesto de verduras en el Mercat Vell», lamenta. «Este es un sitio ideal y bonito para poner cuatro casetas en Navidad y ni tan solo decoraron con un árbol ni nada», critica.

En el cercano carrer de sa Creu, antaño una importante arteria comercial, solo mantienen la actividad la tienda de una franquicia y la de la diseñadora Piluca Bayarri. «No se notó nada que ayer empezaron las rebajas y yo creo que ya voy a dejar de abrir por las tardes», se resigna. En su caso, calcula que el 95% de su clientela son turistas y extranjeros con segunda residencia en Ibiza, «así que ahora viene poca gente». «No tengo mucha clientela española como sí que hay en la parte nueva de Vila», precisa.

En cambio, al llegar a la avenida Bartomeu de Roselló, se observan colas en todas las franquicias de las grandes tiendas de ropa que monopolizan esta zona. En una de ellas se encuentra Noel Cabello cargando bolsas de los dos comercios por los que ha pasado anteriormente, también en esta zona. «Espero a una amiga que está comprando, pero ahora iremos a otra más», anuncia.

Este ibicenco vive en París, donde los precios son mucho más caros, así que aprovecha las visitas navideñas a su familia para proveerse para el resto del año con las rebajas. «He gastado unos 200 euros hasta ahora y no tengo un presupuesto cerrado, pero me hago una lista para llevarme solo lo que necesito», confiesa.