Da igual en qué fechas caiga la Semana Santa. Ya sea en marzo o en abril, a principios, a mediados o a finales de mes. Por regla general, además de las tradicionales procesiones, lo que reina en estas fechas es el mal tiempo.

Menos este año, en el que de forma excepcional y debido a la alerta sanitaria la población española tiene orden (vía decreto gubernamental) de quedarse dentro de casa, cuando está previsto que luzca el sol.

En vez del ajetreo normal que mostrarían las Pitisuas en estas fechas, con la llegada de la primera tanda de turistas como antesala de la temporada alta, la imagen es otra bien distinta: playas vacías, terrazas, bares, restaurantes, hoteles, chiringuitos, discotecas y tiendas cerradas a cal y canto... Lo nunca visto en la historia moderna de las islas.

Y como el destino en ocasiones es así de caprichoso, esta Semana Santa, en vez de lluvias y cielos grises lo que nos espera (para disfrutar desde la intimidad de nuestros hogares) son cielos abiertos y despejados y temperaturas que podrán ser superiores a los 20 grados.

Según la previsión de la Aemet, desde hoy y hasta el sábado en Ibiza y Formentera brillará el sol la mayor parte de los días y el termómetro alcanzará y en ocasiones sobrepasará los 20 grados centígrados.

La única probabilidad de lluvia aparece el Domingo de Resurrección y el Lunes de Pascua, aunque seguro que, como no se puede disfrutar del exterior y las cofradías no están mirando el cielo aterrorizadas, lo más probable es que al final no caiga ni una gota.