La depuradora de la ciudad de Ibiza vertió al mar entre 2013 y 2016 un total de 22 millones de metros cúbicos de aguas contaminadas, según el estudio hecho público por el GEN el año pasado, y esta situación continuará igual (y tal vez peor) durante unos cuantos años más. Esta instalación del Abaqua, teóricamente encargada de limpiar las aguas fecales, seguirá siendo el principal foco de contaminación marina de las Pitiusas porque la nueva planta de depuración que se construye en sa Coma ha quedado paralizada y las obras no se reanudarán hasta, como mínimo, dentro de un año.

El motivo de la paralización radica en la necesidad de cambiar el trazado de las tuberías que conectarán la actual depuradora (que se convertirá en estación de bombeo) con la nueva. Las instituciones ibicencas propusieron un trazado que ha sido rechazado por el Gobierno y ahora será necesario efectuar un proyecto modificado para buscar un itinerario alternativo, que discurrirá por suelo rústico. Aparte de ello, se deberán realizar también las pertinentes expropiaciones.

«A la alcaldesa de Santa Eulària le han dicho que va a estar parado, como mínimo, un año», comentó a este diario el conseller insular de Urbanismo, Mariano Juan, quien admitió la «gravedad» de la situación.

Bombeo y tuberías pendientes

Se da la circunstancia de que la obra civil (las construcciones de la depuradora, incluyendo sus balsas y tanques) está ya prácticamente concluida. Sin embargo, las canalizaciones pendientes no constituyen precisamente un tema menor, como tampoco lo es la futura estación impulsora que debe enviar cuesta arriba, hasta un altura de casi 100 metros y a lo largo de casi cinco kilómetros, las aguas fecales generadas en Vila para ser depuradas. La Alianza por el Agua afirma que «se han de subir dos grandes tuberías con capacidad para 25.000 toneladas diarias, grandes como una habitación, que representan una obra de ingeniería importante». El directivo de esta plataforma Rafel Tur destaca que todo ello está aún pendiente y no se solventará rápidamente. «Por supuesto que tardarán más de un año, por lo menos harán falta dos o tres», señaló.

El anterior coordinador de la Alianza y actual secretario general de Abaqua, el organismo del Govern que controla las depuradoras de la isla, Juan Calvo, explicó su deseo de «agilizar desde aquí los trámites de expropiación» de los terrenos para las canalizaciones y reducir al máximo el retraso que arrastra la obra. En todo caso, se trata de una obra que depende del Ministerio de Transición Ecológica.

La concejala de Urbanismo del Ayuntamiento de Ibiza, Elena López, en cambio, se mostró más tranquila sobre la situación: «El Ministerio está encima del tema y confío en que el modificado del proyecto se resolverá rápidamente». «Además, no estamos en una situación tan extrema como en 2009, cuando no teníamos ni solar para la depuradora ni proyecto, ni nada. El Ayuntamiento está preocupado y está sobre el tema, pero no es la misma preocupación que teníamos en 2009», recalcó.

Dos empresas del Grupo Sacyr (Depuración y Tratamiento y Sacyr Construcción) se adjudicaron la obra de la nueva depuradora de Vila con un presupuesto de 24,3 millones de euros, con una bajada del 40% respecto al presupuesto de salida en la licitación, que era de 41,2 millones de euros. La constructora, pese a haber culminado la mayor parte de la obra civil en sa Coma, no puede continuar mientras el Ministerio no le ceda los terrenos del nuevo trazado de la tubería, una vez aprobada la modificación del proyecto.

Gran consumo eléctrico

La ubicación de la depuradora en una cota tan elevada fue objeto de críticas desde el primer momento en que se eligió este emplazamiento por parte de las instituciones ibicencas. El Govern ya advirtió entonces de que ese emplazamiento obligaría a un fuerte consumo de energía eléctrica para hacer funcionar las bombas impulsoras.

Este bombeo se ubicará en la actual planta depuradora, que desde hace años ha alcanzado ya su capacidad máxima de tratamiento, según reconoce el Ayuntamiento de Ibiza en la documentación de su Plan General de Ordenación Urbana.