Airbnb quiere quitarse de encima la mala fama, el hartazgo que causa entre las comunidades de vecinos que tienen que soportar el trasiego de huéspedes ruidosos que montan saraos en las viviendas que ocupan de forma efímera. Se acabaron las fiestas descontroladas a través de la plataforma. Ese es el objetivo para 2020.

Margaret Richardson, vicepresidenta de Confianza de la plataforma de alojamientos, se ha hecho eco del anuncio del mes pasado de su consejero delegado, Brian Chesky, sobre las nueva directiva de seguridad. Se trata de "las innovaciones de confianza más importantes de nuestra historia", según asegura Richardson en un artículo difundido en la propia web de Airbnb.

Contra los "raros"

Contra los "raros"

"Queremos dejar claro que Airbnb no prohíbe las fiestas y eventos autorizados", se explica en alusión a las que respeten las reglas de la casa del anfitrión (el dueño) y del vecindario en el que se ubique. Se hace hincapié en que el objetivo de la nueva política es ese "pequeño número de huéspedes que actúan de forma irresponsable y esos anfitriones raros cuyas casas se convierten en molestias persistentes" para sus vecinos.

Lo que se prohíbe son las fiestas y eventos de "invitación abierta", anunciadas a través de las redes sociales en residencias plurifamiliares. Solo los hoteles boutique y lugares de celebración de eventos podrán albergarlos, eso sí, también se controlarán las quejas. Aquellos anfitriones que permitan los desmadres, se tendrán que atener a las consecuencias.

Además, Airbnb dice estar elaborando listados de anfitriones para avisarles de que deberán actualizar sus normas respecto a las fiestas. También invitan a los vecinos afectados por ese tipo de viviendas a que se pongan en contacto con ellos.

La plataforma digital, además, anuncia que trabaja para facilitar la comunicación de ayuntamientos y funcionarios con sus representantes. Quiere empezar el año apelando a la armonía y por ello se subraya que "la confianza" -que está perdiendo ante los problemas de convivencia que genera- es "el motor real" de su estratosférico crecimiento desde 2008, el cual le ha llevado a estar presente en 191 países.

Con la entrada en vigor de la nueva normativa el próximo año, aquellos clientes que la incumplan serán advertidos y si son reincidentes sus cuentas terminarán eliminadas.

En todo caso Richardson subraya la baja incidencia de problemas en la plataforma: asegura que en un año (entre el 1 de agosto de 2018 y el pasado 31 de julio), solo el 0,05 % de los viajes tuvieron problemas de seguridad, según las informaciones recibidas de anfitriones o huéspedes. En cuanto a las reclamaciones, dice que se detectaron un 0,03% con pagos iguales o superiores a 500 dólares (unos 450 euros).

Problemas de limpieza

Problemas de limpieza

Las nuevas políticas de Airbnb también aluden a los aparcamientos no autorizados, la prohibición de fumar o los problemas de limpieza. Es decir, esos casos en los que se destroza la vivienda ocupada o es necesario un aseo profundo por el incivismo de los moradores.

Otra historia son las desagradables sorpresas con las que pueden encontrarse los huéspedes, como una pareja británica que llegó a Eivissa el verano pasado y descubrió que la casa que habían reservado con Airbnb por más de 11.200 euros para quince días no existía, según publicó el Daily Star. Tenía 37 reseñas y una calificación de cinco estrellas.