El Consell de Capitalidad de Ibiza aprobó ayer que el Consell se encargue de adecentar el aparcamiento disuasorio de sa Joveria, pero también se opuso a aceptar otra de las propuestas que partían de la institución insular: la reforma integral del primer cinturón de ronda, la carretera E-10.

Este proyecto fue «rechazado», en palabras de Mariano Juan, conseller de Gestión del Territorio y de Infraestructuras Viarias, por los integrantes del Consell de Capitalidad. La propuesta del Consell consistía en «hacer de una vez la reforma integral de la E-10. Se lleva demasiado tiempo hablando de ese proyecto, más de 15 años», comentó Mariano Juan. Según el conseller, tanto el alcalde Rafa Ruiz como el edil Aitor Morrás, responsable del departamento de Movilidad, lo repudiaron «por pervertir el espíritu de la Ley de Capitalidad». El responsable del Consell quiso que ese tácito rechazo quedara reflejado en el acta de la reunión.

«No han sido admitidas -comentó al respecto el Ayuntamiento en una nota de prensa- porque se entiende que son inversiones propias del Consell, al ser las carreteras una competencia insular, y que por lo tanto se tienen que acometer fuera del ámbito de la capitalidad». Desde el Consistorio recuerdan que «la Ley prevé inversiones que compensen a la ciudad por la carga que le supone tener que dar servicio a diario a mucha más población de la residente, precisamente para ser la sede de numerosas instituciones y servicios de cariz insular».

El conseller de Infraestructuras Viarias recordó que ese proyecto «ha sufrido ya modificaciones» desde que fue concebido. La última versión es del año 2013: «Estamos modificando el proyecto, como dejó establecido el anterior equipo de gobierno del Consell, para adaptarlo a las necesidades del Ayuntamiento y dotarlo de un nuevo acceso al Cetis». Juan recalcó que «como no puede ser de otra manera», lo consensuarán con el Consistorio, al tratarse de una carretera que será transferida al Ayuntamiento: «No queremos hacer un proyecto que no guste a Vila».

El responsable de Infraestructuras Viarias insulares recordó que «en su versión de 2013, su coste está fijado en 7,5 millones de euros. Los técnicos estiman que con el tanque de tormentas que se incluirá en esta modificación y el acceso al Cetis podría subir a los nueve millones de euros».

Juan cree que «esta era una oportunidad única para tirar adelante este proyecto», si bien reconoce que «falta la financiación. Habrá que hablar para encontrar las vías para financiarlo», apuntó.

Para el conseller, es necesario «devolver esa vía a la ciudad, con un carril bici, con más de 300 árboles. Hay que humanizar ese tramo, entre las rotondas de ses Figueretes y de Can Misses, que es el que más encorseta a Vila. Es muy importante conseguir coser las dos 'ibizas' para tener una ciudad más pacificada». El tramo tiene apenas 800 metros, de manera que cada metro costaría unos 11.250 euros.

Juan señaló que, en «seis meses», la empresa encargada de la redacción de ese proyecto presentará la modificación de esa obra, que incluye la posibilidad de que haya «una línea o dos de aparcamientos» para vehículos. En ese sentido, Juan comentó que «Vila quiere intervenir porque en la versión de 2013 las aceras eran muy estrechas y quiere ampliarlas». Eso afectaría a esas líneas de aparcamiento: si se ensanchan será a costa del parking.

El pasado 20 de noviembre, durante la primera reunión del Consell de Capitalidad, el Consell propuso como inversión reponer el asfalto de la E-10, también descartado: «Se prefirió hablar de inversiones más potentes, en vez de la reposición asfáltica completa. El propio Consell descartó esa propuesta, pues consideró que el Consell de Capitalidad debe estar para otro tipo de proyectos», aclaró Mariano Juan. Pero este tampoco ha sido aceptado.