Sant Josep tiene actualmente «un problema» de falta de agua para atender la creciente demanda en el municipio. El alcalde, Josep Marí Ribas, Agustinet, ya ha solicitado de «palabra» a la directora general de Recursos Hídricos del Govern balear, Joana Maria Garau, en un encuentro informal la pasada semana en Mallorca, que aumente el caudal de agua desalada que se suministra a Sant Josep. «En este momento tenemos un problema de insuficiencia de agua porque no nos da toda la que necesitamos, pero vamos trampeando y sirviendo a todo el mundo», apunta.

Marí Ribas asegura que esta cuestión le causa «muchísima preocupación». El alcalde explica que, según la ley de bases de régimen local, el Ayuntamiento tiene la obligación de suministrar agua a las viviendas situadas en zona urbana y «muchísima gente» que, antes de que el agua desalada llegase al cien por cien del municipio, se abastecía con pozos, cisternas o conexiones particulares, ahora pide agua desalada de la red municipal. «La gente está satisfecha. Las peticiones que recibimos lo demuestran, pero hay que poder atenderlas», resalta.

Esta creciente demanda, inesperada para el Ayuntamiento, está desbordando sus previsiones. Por ello, el alcalde pide que se aumente el caudal de agua desalada inicialmente pactado, y suscrito por convenio, por el Consistorio y la Agencia Balear del Agua (Abaqua), empresa pública de la conselleria de Medio Ambiente que comercializa el agua que producen las tres desaladoras de la isla.

Consumo de una desaladora

Consumo de una desaladora

Marí Ribas explica que este verano Abaqua ya suministró a Sant Josep más agua de la prevista en el convenio (el caudal varía según los meses, de 6.000 toneladas, por ejemplo, en temporada baja hasta los 15.000 en las puntas de verano) y que, en algún día, en el que se superó el máximo proyectado, se llegó a recibir hasta 18.000 toneladas. «A Abaqua le va bien porque cobra esta agua. Casi todos los meses superamos lo previsto. No hay suficiente agua para la que deberíamos vender, pero nos vamos apañando», añade el alcalde.

La producción de las tres desaladoras de la isla se distribuye entre los cinco municipios, pero, según advierte el alcalde, Sant Josep «gasta más de lo que produce una sola planta, pero el municipio no dispone de ninguna». En cambio, agrega Marí Ribas, Santa Eulària, que dispone de una desalinizadora en su municipio,«no consume demasiada agua desalada». «Abaqua se ha de plantear? bueno? se ha de plantear que necesitamos más agua», dice el alcalde mordiéndose la lengua para no desvelar qué debe hacer, según su criterio,la empresa pública del Govern para garantizar el suministro de agua desalada suficiente para cubrir la demanda del municipio.

Asimismo, Marí Ribas recuerda que, a diferencia de Sant Josep, que ya no cuenta con ningún pozo con agua desalada y de calidad, el resto de municipios sí disponen de pozos, con «agua buena», a los que «pueden echar mano en caso de necesidad», resalta. «Nosotros dependemos al cien por cien, o más, del agua que producen las desaladoras», subraya.

De hecho, el alcalde explica que en el pasado verano se tuvo que recurrir a un pozo de la zona de Cas Orvais, cuya agua «no está tan mal», y mezclarla con la desalada que se almacena en el depósito de Puig Cardona para cubrir puntas de demanda.

Urbanización en Cala Corral

Urbanización en Cala CorralEl déficit de recursos hídricos en el municipio preocupa al alcalde al margen del hecho de que la Comisión de Medio Ambiente de Illes Balears del Govern haya decidido archivar la tramitación del estudio de impacto ambiental de una urbanización en Cala Corral (los sectores 4.23 y 4.24) precisamente porque sus promotores no garantizan el suficiente suministro de agua para sus futuros residentes (para 415 residentes, con 90 plazas hoteleras).«No me hace ninguna ilusión que se hagan urbanizaciones? que la Comisión de Medio Ambiente ponga pegas y pida justificaciones sobre la suficiencia de agua es lo que toca y no entraremos en ello», indica.