Un brote de sarna detectado esta misma semana en la residencia Sa Serra, en Sant Antoni, afecta, por el momento, a siete personas, según confirmó ayer la conselleria balear de Salud. Los contagiados son cuatro de los internos en el centro, dos trabajadores y la pareja de uno de ellos. Desde la conselleria, sin embargo, se muestran cautos a la hora de contabilizar el número de personas contagiadas, ya que aún está abierta la investigación. De hecho, insisten en que estos siete casos son los confirmados, pero no descartan que en los próximos días aumente. De hecho, ayer por la tarde estaban pendientes de confirmar si otro de los usuarios de la residencia estaba también afectado.

La notificación llegó a la conselleria balear de Salud, al departamento de Epidemiología, ayer por la mañana. «No se trata de una enfermedad de declaración obligatoria, además, es bastante habitual en centros en los que convive gente, como las residencias, los colegios o las escoletes», indicó una portavoz de la conselleria balear de Salud, desde donde remarcaron que, en contra de la creencia popular, la sarna no está relacionada con la falta de higiene.

Desde la conselleria balear de Servicios Sociales, de la que depende la residencia Sa Serra, declinaron ayer ofrecer dato alguno alegando que el caso se encuentra ya en manos de Epidemiología. Sí explicaron que, tras conocer que había trabajadores afectados, la residencia compró la medicación pertinente para administrarla entre los usuarios y el personal que estuviera contagiado.

De la misma forma, desde las dos conselleries explicaron que la residencia ha adoptado ya el protocolo para evitar que la sarna, provocada por un parásito, se propague al resto de internos y residentes así como a sus familiares. Está previsto, además, que la semana que viene se desplace a Ibiza una técnica de riesgos laborales de la Fundación para la Dependencia, que gestiona el centro, para analizar qué ha pasado y dónde está el foco del brote de sarna.

Algunos de los afectados explicaron ayer que la situación no es nueva y que ya se registró un caso de sarna en el centro a principios del pasado mes de diciembre. Además, señalaron que hace semanas empezaron a apreciar síntomas en algunos de los internos, tras lo que comunicaron sus sospechas a la dirección del centro, ya que consideraban que debían adoptarse medidas cuanto antes para evitar que se contagiara más gente. Sin embargo, la comunicación a la conselleria balear de Salud no se efectuó hasta ayer por la mañana.

Desde la plantilla aseguran que hay al menos cinco trabajadores de la residencia contagiados y de baja a los que, además, no se ha reconocido la sarna como enfermedad laboral. Esto implica que tienen una baja normal y que su sueldo, hasta que se reincorporen, se reducirá. Además, han tenido que adoptar medidas en casa (lavar toda la ropa, incluidas sábanas y toallas así como cojines de los sofás, con la que han estado en contacto a 60 grados como mínimo) además de aplicarse una crema durante 24 horas por todo el cuerpo y repetirla una semana después.

Algunos de los afectados lamentan que la dirección del centro haya tardado en alertar a la conselleria balear de Salud y tomar medidas.