Los familiares de las cinco personas asesinadas el 1 de marzo de 1937, durante la Guerra Civil, en la tapia trasera del cementerio de Sant Ferran ya han recibido parte de los restos encontrados durante los trabajos de localización, excavación y posterior exhumación del interior del cementerio de Sant Ferran, propiedad del Obispado de Eivissa y Formentera.

El acto simbólico tuvo lugar el pasado sábado, 82 años después de esos fusilamientos, y es el resultado de los trabajos que se realizaron entre finales de noviembre y principio diciembre de 2017 en el citado cementerio. De esa forma la conselleria de Cultura ha podido recuperar parte de los restos de algunos de los difuntos y entregárselos a los familiares para ser enterrados en un nicho en el mismo cementerio.

Al acto asistió la consellera de Cultura del Govern, Fanny Tur, el presidente del Consell de Formentera, Jaume Ferrer, la vicepresidenta y consellera de Cultura y Patrimonio, Susana Labrador, y el presidente del Fòrum per la Memòria de Eivissa y Formentera, Luis Ruiz, así como los familiares de los cinco represaliados y asesinados por las tropas franquistas: Jaume Ferrer Ferrer, Josep Ribas Marí, Joan Tur Mayans, Jaume Serra Juan y Vicent Cardona Colomar.

Trabajos de exhumación

Los trabajos de búsqueda consistieron en seis sondeos interiores y cinco exteriores. En el interior los sondeos se realizaron en los lugares donde la tradición popular indicaba que se encontrarían los cuerpos enterrados pero no se encontró nada. En el exterior una máquina excavadora levantó tierra en un lugar donde la tradición oral también apuntaba que los cuerpos podían estar. Se comprobó entonces que la tapia sudeste tenía unos restos de cemento que tapaban agujeros en el muro causados por disparos, puesto que se encontraron cuatro proyectiles, uno enquistado en la pared, con una máquina de detección de metales.

Revisando el osario del cementerio los técnicos encontraron un fragmento de húmero y dos de cráneo con una erosión causada por arma de fuego que supuestamente corresponderían a las víctimas del franquismo. Paralelamente se abrió una investigación con el vaciado del registro civil.

Se comprobaron los años comprendidos entre 1931 y 1944, y de los 156 individuos que aparecen ninguno tiene como causa de muerte registrada un impacto de proyectil, por lo cual estas tres piezas de hueso podrían corresponder a alguna de las cinco personas asesinadas.