Las obras de reforma del Conservatorio Profesional de Música y Danza de Ibiza, que deben servir para arreglar las goteras y otros desperfectos de los que adolece el edificio desde su puesta en marcha, han vuelto a quedar desiertas en el nuevo concurso del Govern balear, como ya sucedió en la primera licitación convocada en el mes de julio. Así lo ha confirmó ayer el conseller de Educación, Martí March, que acudió a Ibiza para mantener sendas reuniones con todos los directores centros educativos públicos y con el Consell Escolar de la isla.

«No sé si se debe a que el nivel de obra en Ibiza favorece que las empresas tengan otros intereses o prioridades», señaló el conseller, «por lo que estamos buscando una solución para encontrar una fórmula de adjudicación diferente desde la legalidad». En este sentido, March avanzó que los servicios jurídicos del Instituto balear de infraestructuras y servicios educativos (Ibisec) ya han empezado a estudiar alternativas «y, si se puede hacer una adjudicación directa, se hará», además de que no descarta que puedan llevarse a cabo durante este curso.

«Es la segunda vez que el concurso queda desierto y no puede ser que contemos con un presupuesto, con un proyecto y que por falta de empresas no se puedan empezar las obras», lamentó. El proyecto de reforma del Conservatorio tiene un presupuesto de 250.000 euros y las obras prevén solventar el problema de las goteras y acabar con la entrada de indigentes por la noche elevando las paredes de la planta baja.

El concurso de la conselleria de Educación que ha quedado desierto incluía en la misma licitación otros tres proyectos, en otros tantos centros, que también quedan en el aire de momento. La obra más costosa era la prevista en L'Urgell, con 138.073 euros para mejorar los baños de la planta baja y el primer piso. Las acciones previstas en los colegios Can Cantó y Sant Ciriac son prácticamente idénticas y prevén suprimir las barreras arquitectónicas, para lo que está previsto habilitar sendos ascensores.

El Ibisec también está trabajando en el proyecto para evitar nuevas inundaciones en el colegio de Sant Jordi, un problema derivado de unos trabajos que llevó a cabo la propia empresa pública en este centro educativo, según admitió el conseller. «En 2016 se hicieron las obras para abrir una salida de emergencia que era necesaria, pero al final ha sido peor el remedio que la enfermedad». El conseller anunció que esta intervención aprovechará que el Ibisec ya tiene un proyecto adjudicado para eliminar las barreras arquitectónicas y reformar los baños de este centro educativo, de cara a solucionar los defectos que originan las inundaciones.

Durante su visita a Ibiza, Martí March también aseguró que el servicio de transporte escolar a los institutos de Sa Blanca Dona e Isidor Macabich se reforzará con un minibús, después de que la semana pasada se advirtiera de que había alumnos que se quedaban sin transporte por falta de plazas. En este sentido, el conseller aludió que el problema se debía a la falta de actualización de los datos por parte de los institutos.

Brote de sarna

El conseller también se refirió al brote de sarna detectado en el colegio de Can Raspalls y quiso lanzar un mensaje de tranquilidad a los centros educativos. «Es un tema que corresponde a Salud Pública, pero es fácil de solucionar porque está en proceso de control y se circunscribe a unos entornos familiares concretos, no es un problema de la escuela», recalcó.