Un hombre que fue designado como primer suplente del primer vocal de una mesa electoral del municipio de Santa Eulària y que no compareció en la fecha prevista, 26 de junio de 2016, aceptó ayer en el Juzgado de lo Penal número 1 de Ibiza las acusaciones que se le atribuyen y fue condenado por la comisión de un delito electoral. Al reconocer los hechos, la titular del juzgado, la magistrada Clara Ramírez de Arellano, lo condenó in voce a pagar una multa de 1.080 euros (seis meses a razón de seis euros diarios). También tendrá que pagar las costas del juicio, que se celebró ayer por la mañana.

La misma multa tuvo que pagar el año pasado una mujer de nacionalidad china residente en el municipio de Ibiza que tampoco se presentó a la mesa electoral a la que había sido convocada, en este caso en las elecciones autonómicas del 24 de mayo de 2015.

La acusada y el ministerio público alcanzaron un acuerdo de conformidad mediante el cual la mujer reconoció que no atendió el llamamiento que le realizó la junta electoral a través de una carta para participar en una de las mesas electorales del municipio en el que reside. En un principio, el ministerio público pedía una multa de 2.120 euros, pero, gracias al acuerdo de conformidad, la sanción se redujo casi a la mitad, es decir, una multa de seis meses a razón de seis euros diarios, lo que hace un total de 1.080 euros.

Al igual que en el caso del hombre de Santa Eulària, la mujer también tuvo que hacerse cargo de las costas del juicio. La mujer, nacida en China pero residente en España hace 30 años, explicó que no comprendió bien el contenido de la carta. Añadió, además, que los domingos, día de la semana en que se celebran las elecciones, suele trabajar «hasta el doble que un día laborable» en un supermercado.

En cambio, el pasado mes de marzo fue absuelto del delito electoral del que estaba acusado por el ministerio público un hombre, ya que explicó ante la jueza que no era consciente de que la carta que recibió era para formar parte de una mesa durante la jornada de elecciones. Los hechos se remontaban a las municipales y autonómicas de mayo de 2015, cuando el acusado fue llamado a formar parte de una mesa electoral y, en un principio, el ministerio público reclamaba para esta persona una multa de 2.880 euros por la presunta comisión de un delito electoral.

Según explicó el acusado, el día que llegó la carta en la que le comunicaban la designación para la mesa electoral él no estaba en casa. «Yo pensé que era para votar», dijo, y aseguró que no la leyó.

Su esposa declaró que pensó que era «una multa del coche» y que se dirigió al Ayuntamiento. «Allí me explicaron que era para votar, y yo pensé que era para votar», declaró la mujer, que tenía dificultad para entender bien el castellano. Según su testimonio, dejó la carta en casa y le indicó a su marido «que había llegado una carta y que era para votar el día de las elecciones». Ella subrayó que fue una «sorpresa» cuando les llamaron del juzgado porque su marido no se presentó a la mesa electoral. «No sabíamos nada», manifestó.

Tras escuchar los testimonios, la jueza consideró acreditado el desconocimiento y dictó sentencia absolutoria.