La Asociación de Vecinos de ses Figueretes reclamó ayer la implicación de las administraciones en la protección y vigilancia para acabar con la «degradación sistemática que está sufriendo» este barrio, según denunciaron en una rueda de prensa. El presidente de la asociación, José Juan Bonet, no descartó convocar una nueva manifestación en el caso de que no se adopten medidas, después del impacto positivo que tuvo la última movilización, llevada a cabo hace varios años.

Bonet afirmó que hace dos meses hicieron llegar su petición de ayuda a las diferentes instituciones de Ibiza con la intención de lograr más seguridad en sus calles. Sin embargo, aseguró que esas solicitudes «no fueron respondidas y las actuaciones que se han llevado a cabo no han dado frutos». A raíz de esta situación, la asociación tiene la intención de iniciar acciones encaminadas a la sensibilización, concienciación y movilización del colectivo vecinal para «salvaguardar» el barrio.

Uno de los principales problemas en el que incidió Bonet es el «leve» crecimiento de la prostitución callejera, que es la gran «lacra» de esta zona de Vila. «Queremos que se controle, ya que crea un ambiente negativo en el vecindario». La proliferación de clubes de alterne es otra de las cuestiones que más alarma ha causado entre los vecinos debido a que, afirmaron, estos locales «incumplen sistemáticamente» algunas de las ordenanzas municipales y desde la asociación desconocen «las licencias con las que actúan».

El objetivo de la organización vecinal es que las administraciones adopten medidas «contundentes». Pepe Verdera, uno de los vocales de la asociación, explicó que, aunque el colectivo no plantee medidas concretas para la protección del barrio, «la presencia de la policía en la zona puede ser disuasoria».

El reparto de hojas informativas a los vecinos con el fin de denunciar cualquier sospecha de incumplimiento de la ley, así como poner a disposición de las autoridades la información que puedan recabar para ayudar a resolver las problemáticas del barrio, son algunas de las medidas que se están llevando a cabo desde la asociación.

Drogas y viviendas ilegales

El menudeo de drogas, insistió la organización vecinal, se ha convertido en otro problema «más que conocido» por los habitantes de este barrio de Ibiza. «Actualmente, todo el mundo sabe dónde tiene que ir para comprar droga», afirmó Bonet, que incidió en la necesidad de controlar estos lugares para mejorar la seguridad del barrio.

Verdera lamentó que una gran cantidad de las quejas que recibe de sus convecinos corresponde a la proximidad de los puntos de venta de drogas a las zonas infantiles y la biblioteca del barrio: «Lo hacen a unos cincuenta metros de los parques. Hay una sensación de impotencia ya que son zonas muy frecuentadas por los niños».

Asimismo, la plataforma denunció la precariedad del alumbrado público, que es una de las causas que acrecienta la proliferación de actividades delictivas como las que denuncian y aumenta la sensación de inseguridad de los vecinos que viven en los alrededores.

Además, el problema de la vivienda, afirmó Verdera, ha causado «preocupación» en la gente que vive en la zona, ya que muchos locales se han reconvertido en alojamientos a causa del elevado coste de los alquileres. «Ahora es más barato arrendar un local y convertirlo en vivienda que alquilar un piso»

Otro de los miembros de la Asociación de Vecinos de ses Figueretes, Bartomeu Roig, destacó la obligación que tienen las administraciones de evitar que el estado actual del barrio se convierta en algo cotidiano: «No podemos permitir que esta situación se haga tan visible ya que la sociedad no pueda acostumbrase a vivir rodeada de estas actividades ilegales». Roig criticó la inacción de las instituciones ya que, consideró, «tienen los medios suficientes para evitar que se lleven a cabo hechos delictivos» como los que denuncian los vecinos.