El Juzgado de Menores número 2 de Balears ha condenado a los ocho acusados de propinar una paliza en las festes de maig de Santa Eulària de 2016 a una chica, que entonces contaba con 16 años, y a su padre, que acudió a defenderla al ser avisado de los hechos. La sentencia, que no es firme y la que cabe recurso de apelación, dicta una orden de alejamiento de 500 metros para los agresores, que eran todos menores en el momento de los hechos, además de una orden de internamiento de dos años para uno de ellos, dos años de libertad vigilada para la que inició el linchamiento a la víctima, así como libertad vigilada entre dos años y 15 meses para la mayoría de ellos y el cumplimiento de talleres de control de impulsos o de tratamiento de deshabituación o prevención de drogas.

Los hechos denunciados tuvieron lugar tras un concierto de las fiestas de 2016 junto al Palacio de Congresos, cuando una chica de la misma edad que la víctima se acercó a ella, de malas maneras, para preguntarle si seguía hablando con un conocido de ambas. Ante la respuesta afirmativa, la agresora «comenzó a golpearla, tirándola al suelo», según la sentencia, propinándole una paliza. Otras cuatro compañeras de la agresora se sumaron a las agresiones, con patadas, golpes y tirones de pelo, hasta que la despojaron de su vestido y la dejaron en ropa interior.

El padre acude a socorrerla

El padre acude a socorrerla

Tras esta la pelea, el padre de la víctima fue avisado por teléfono y acudió al lugar para socorrer a su hija. Después, al encontrarse a su hija semidesnuda y con numerosas heridas, acudió a buscar al grupo de agresoras, que se habían ido a un mirador de un montículo cercano, en sa Punta de s'Església Vella, junto a un grupo de unos 30 adolescentes.

Al llegar, preguntó por la chica que inició la paliza y la tomó del brazo al tiempo que le pedía que llamara a sus padres para acudir a la Guardia Civil. Sin embargo, se encontró con que tres jóvenes la emprendieron a golpes con él, además de recibir pedradas y un botellazo en la cabeza, lo que le provocó una herida que precisó de cinco puntos de sutura.

El padre, tras la brutal paliza, pudo refugiarse en una ambulancia que estaba de guardia en el concierto y ser trasladado al Centro de Salud de Santa Eulària para ser atendido. Se da la circunstancia de que dos de los jóvenes que le apalizaron son hijos y nietos de gente con la que ha trabajado durante largo tiempo.

La familia víctima de esta agresión valoró ayer este fallo condenatorio, a pesar de que están a la espera de la sentencia firme, aunque criticaron la falta de ayuda recibida tanto en el momento de la paliza como tras la denuncia de los hechos. «Nos han robado casi dos años y medio de nuestras vidas, no era justo que los agresores estuvieran en la calle tranquilamente mientras que mi hija no pudiera salir a la calle por el estrés postraumático que sufría y por el que todavía está en tratamiento», lamentó la madre.

Asimismo, advirtieron de la impunidad de la que se aprovecha «gente como esta por la Ley del Menor». «Incluso, cuando apalizaban a mi marido le decían 'péganos, hijo de puta, que somos menores'». Tampoco entienden que los padres de los ocho condenados no hayan asumido «ninguna responsabilidad» para con sus hijos ante su gravísimo comportamiento.