Las fugas producidas durante la última semana en el torrente de s'Argentera y las catas para detectar su procedencia, llevadas a cabo por el Ayuntamiento de Santa Eulària, han dejado a la vista dos charcas de agua sucia y hedionda y han revelado que se trata del mismo caudal que vierte la depuradora unos centenares de metros mar adentro. Ante la sospecha de que pueda tratarse de aguas residuales que no cumplen los parámetros de depuración para llegar al mar que marca la Ley, Santa Eulària ha enviado muestras a un laboratorio de análisis. Por su parte, la conselleria de Medio Ambiente del Govern balear informó ayer de que hasta el lunes no se podrá contactar con ningún técnico de Abaqua, la empresa pública que gestiona las depuradoras.

Desde el Ayuntamiento de Santa Eulària, el concejal de Urbanismo y Actividades, Mariano Juan, criticó ayer la «falta de interés» de Abaqua a la hora de detectar las fugas de agua que provocaron molestias por malos olores en la playa de sa Caleta, donde desemboca el emisario tras discurrir bajo un tramo hormigonado del torrente de s'Argentera. Según el Consistorio, Abaqua esgrimió inicialmente que el agua sucia no correspondía al emisario de la depuradora.

Los propios técnicos municipales se encargaron de perforar el hormigón del torrente para llevar a cabo las catas y detectar de dónde manaba el agua, hasta que dieron con la fuga y creyeron que se trataba del emisario. Según los testimonios recabados por este diario, el viernes acordaron con Abaqua arrojar un tinte en el caudal de salida de la depuradora para aclarar de una vez por todas si ése era el origen de la fuga. «Calculamos que el tinte tardaría entre cinco y ocho minutos en llegar a ese punto y, al cabo de siete minutos, empezó a fluir la coloración fosforescente de la tinción y ya no había ninguna duda posible de su procedencia».

«Hemos llevado a cabo el trabajo que le correspondía a Abaqua, nuestros técnicos han estado una semana allí excavando hasta que lanzaron la tinta para dar con el origen del problema», explicaba ayer Mariano Juan. «Tras reunirse con el alcalde, Abaqua ya dijo el viernes que asumía el asunto y se responsabilizaba para solucionarlo lo antes posible». «Imagino que encargarán un contrato de emergencia, sin licitación, para solucionar las fugas de agua, nosotros ya hemos hecho suficiente descubriendo este pastel», sentenció Juan.

Al margen de la reparación del emisario, una frágil canalización de fibrocemento que supera las tres décadas -igual que la depuradora- la semana que viene también se conocerán los resultados de los análisis de las muestras de agua de la depuradora que el Ayuntamiento ha obtenido a raíz de estas fugas.