Los servicios municipales de limpieza finalizaron ayer al mediodía la campaña de limpieza llevada a cabo en el edificio okupado de es Viver, donde en estos momentos residen entre 40 y 50 personas y más de un centenar en verano, según inquilinos y vecinos consultados. En total se han retirado 51 toneladas de residuos en la planta baja que debía albergar el aparcamiento y en una zanja colindante. En la parte del recinto donde viven los okupas quedan numerosos desechos amontonados.

El Ayuntamiento remarcó ayer que su objetivo es conseguir que este solar salga a subasta forzosa, una tramitación «muy larga y complicada». Ahora, la propiedad del edificio adolece de un entramado administrativo que ha propiciado su estado de abandono: el terreno con el proyecto fallido ahora está a la venta por medio de la Sareb, el 'banco malo de España', que es la propietaria de la deuda que contrajo la promotora. Sin embargo, la Sareb esgrime que no tiene responsabilidad respecto al estado de los terrenos al no ser el titular legal.

En estos momentos, la Sareb tiene a la venta la finca por 2,5 millones de euros, aunque cualquier comprador interesado también debería aportar una carga de 200.000 euros al Ayuntamiento de Ibiza, en concepto de los impuestos pendientes de cobro y el coste de las actuaciones llevadas a cabo de manera subsidiaria.

El Ayuntamiento recordaba ayer que, en junio, se reunió con los vecinos de la zona «para coordinar los trabajos» de la campaña de limpieza. El procedimiento que «marca la ley» se ha alargado durante los últimos seis meses», cumpliendo trámites como enviar notificaciones a la propiedad. «Como no existe [la propiedad], no ha contestado a los dos requerimientos», explicó el Ayuntamiento. Posteriormente, hubo que esperar dos notificaciones en el Boletín Oficial del Estado para poder acceder al interior de la propiedad y retirar la basura.

El Ayuntamiento destacó que, previamente, la zona «ya se había desratizado con un plan de choque», que se va a reforzar tras esta limpieza. Según Vila, el control de las ratas se acompaña de revisiones semanales en cuatro portacebos, 16 arquetas de saneamiento y seis imbornales de pluviales. La finca también ha sido objeto de unas obras de cercado y de retirada de una grúa abandonada en su interior, unos costes también asumidos de manera subsidiaria por el Ayuntamiento.