El carguero chipriota 'FonnLand', de 81 metros de eslora, cargaba ayer en el puerto de sa Canal, en ses Salines, un total de 3.300 toneladas de sal en su bodega para trasladarlas a Torrevieja, donde se encuentran las salinas más grandes de España, las que tienen una mayor producción. El mismo buque hará en los próximos días cuatro viajes más entre ses Salines y el puerto del municipio alicantino para completar un pedido de 16.500 toneladas.

Esta venta, totalmente inédita hasta ahora, «arreglará» el año a la explotación salinera de Ibiza, cuyas ventas han bajado, según explica su director en Ibiza, José María Fernández. «Nos viene muy bien porque nos ayuda a respirar un poco», justifica. Fernández destaca que «nunca» se había vendido sal a unas salinas de esta dimensión, que es «enorme». «Ni lo recuerdo ni lo he visto en ningún documento antiguo», indica.

Sin el pedido de Torrevieja, del Grupo Salins, multinacional francesa, Fernández calcula que las salinas de Ibiza habrían vendido en torno a 35.000 toneladas, lo que supondría «un año malo». El precio «pactado» con la salinera alicantina (19,2 euros por tonelada) es «bajo», según el director de la explotación ibicenca, que explica que la reducción de las ventas de este año se debe en parte a la pérdida por «diversas razones» de un cliente fijo «importante» de Barcelona. La empresa ibicenca ya está buscando en el mercado otro comprador para cubrir el hueco.

Pérdidas por las fuertes lluvia

La salina de Torrevieja, con una capacidad de producción que podría llegar a alcanzar un millón de toneladas (la cosecha de las de Ibiza ha sido este año de 65.000 toneladas), ha tenido que comprar sal de Ibiza para cumplir sus compromisos comerciales debido a que la recolección de este año ha sido más baja de lo normal. Fernández explica que las fuertes lluvias que se produjeron en otoño e invierno diezmaron la cosecha alicantina. «Les hizo bastante daño. A nosotros también nos afectó, pero no lo notamos tanto porque vendemos mucha menos sal», señala.

Precisamente, las lluvias torrenciales de principios del pasado mes de octubre (hasta 90 litros por metro cuadrado) provocaron la pérdida de 1.500 toneladas de golpe por la disolución de la sal en tres estanques desecados de Ibiza. En todo caso, la cosecha de Salinera, con 65.000 toneladas, un 20% más que en 2015, ha sido la mejor de los últimos 18 años.

Importación de Túnez

Aparte de Ibiza, la multinacional francesa se ha visto obligado a importar los excedentes de sal de las salinas que también explota en Europa (Francia e Italia) y África (Túnez) para atender a sus clientes, según informa el diario Información de Alicante, que apunta que en las próximas semanas llegarán al puerto de Torrevieja un total de 31.000 toneladas de sal de Túnez y Ibiza.

La producción enviada desde Ibiza se destinará a la alimentación. Por ello, se ha enviado la sal tal como se recoge del estanque, sin procesamiento alguno, explica Fernández. Buena parte de la cosecha de Ibiza se envía a Islas Feroe para la salazón del bacalao. El tipo de grano que se emplea para la conservación del pescado sí necesita, en cambio, un triturado previo, que se lleva a cabo en la isla antes de cargar la producción en la bodega de los barcos.