Lo que podría haber sido un simple acto protocolario de entrega de premios adquirió ayer una dimensión mucho más profunda gracias a los discursos, entre emocionados y brillantes, que pronunciaron los galardonados. El público que acudió ayer al auditorio de Cas Serres a la entrega de la Medalla de Oro y de los premios al Mérito Ciudadano que otorga el Consell de Ibiza se estremeció al escuchar el discurso de Pilar Bonet, periodista ibicenca que recibió la Medalla de Oro de la institución. Si en sus crónicas periodísticas brilla por su objetividad, rigor y seriedad, ayer se dejó llevar por las emociones y criticó con dureza y con la voz quebrada en varios momentos una isla que ya no reconoce en muchos sentidos.

Para Bonet, y a pesar de la distancia de tantos años como corresponsal para El País en Rusia, Ibiza sigue siendo «su punto de referencia», por eso le resultó ayer «doloroso» hablar de la Ibiza de hoy, «un lugar donde no se descansa, un lugar sin límites». Bonet no dudó en calificar de «mundo de ficción» la isla actual; una Ibiza a la que «no se está tratando como a un sujeto sino como a un objeto», con las consecuencias que eso acarrea.

Esta periodista, experta sovietóloga y una referencia internacional, no dudó en asegurar que cada vez le resulta más triste su regreso a la casa familiar en el barrio de ses Figueretes, donde comprueba año a año «la invasión de barcos de ricos insolentes». Bonet criticó con dureza que las denuncias no están sirviendo de nada y exigió el fin de esa impunidad.

Al margen de la crítica, el discurso de Bonet brilló por su descripción vívida de su infancia de libros, bicicleta y playa.

En la misma línea de reivindicación se situó el discurso de María José Estarellas, premio al Mérito Ciudadano por su defensa del medio ambiente de la isla y, en especial, de las praderas de posidonia, un trabajo que ha tenido que realizar durante mucho tiempo con sus propios medios, subida a una simple tabla de paddle surf y repartiendo a mano folletos de yate en yate. Una gesta que todavía hoy no cuenta con el apoyo firme de las instituciones, que deberían dotar de más medios esta labor.

«Necesitamos más medios»

«Necesitamos más medios»

Así, Estarellas agradeció el premio «porque es un impulso para continuar» pero reclamó a las instituciones, sobre todo al Govern y al Consell, un «esfuerzo más grande» tanto en medios como en apoyo, mientras no llega la aprobación del decreto de la posidonia. Estarellas exigió una ordenación inmediata de las actividades en la costa para garantizar no solo la supervivencia de la planta sino de todo el medio ambiente «de una zona VIP planetaria que cada vez está más presionada», denunció. La voluntaria agradeció «el trabajo del GEN, de Cruz Roja, de los voluntarios y de los periodistas que dan voz a las denuncias» y aseguró que van a necesitar más voluntarios para frenar los fondeos sobre posidonia este verano.

Otra voz que se alzó contra la destrucción del paraíso fue la de Vicente Marí Torres, tercera generación de Can Jordi Botiga- Bar, un local que combina lo mejor del presente y del pasado de Ibiza, donde, como recordó el propio Marí Torres, «tanto hay conciertos como pienso para gallinas ponedoras, bocadillos y bombonas de butano». Una tienda tradicional que cuenta con un espacio para exposiciones y charlas, además de una programación de conciertos con un público muy fiel.

Pero todo eso es casi una reserva india en mitad de una isla que camina en otra dirección. «Ya no reconozco a esta isla», dijo Marí Torres, que sobre todo quiso destacar el trabajo de su madre, Esperança Torres Tur, que ha estado toda su vida al frente de la tienda.

El portavoz de la familia destacó que negocios como el suyo son casi un recuerdo del pasado, ya que han desaparecido prácticamente todas las pequeñas tiendas. «Nuestra única aspiración es mantenernos como somos, algo que no será nada fácil», admitió. «Esperamos que este premio no se convierta en un castigo», aseguró con ironía en el vídeo de presentación.

Marí Torres hizo un guiño especial a todo el equipo que hace posible que Can Jordi abra cada día y, en especial, a los músicos «que nos regalan unos conciertos memorables» y, en especial, citó a Dave Jeffs, ya fallecido.

Por su parte, la Asociación de Esclerosis Múltiple (Aemif), fundada en 1997 y declarada de utilidad pública por el Ministerio del Interior, y que atiende no sólo pacientes con esclerosis múltiple, sino también a enfermos de Parkinson, esclerosis lateral, accidente cerebrovascular o lesiones medulares, recibió su premio al Mérito Ciudadano con reivindicaciones en el plano social.

El presidente de la asociación, Ricardo Carbonell, que no pudo asistir a la entrega, reivindicó a través del vídeo de presentación las carencias de transporte para los pacientes así como la necesidad de ampliar presupuesto para contratar a más logopedas y terapeutas ocupacionales. «El dinero para dar estos servicios lo tienen las autoridades», dijo.

Cuenta con más de 140 socios, algunos de los cuales agradecieron a través de un vídeo el trabajo y el apoyo que reciben de la asociación porque recordaron que la Seguridad Social no cubre determinados tipos de rehabilitaciones a largo plazo. Rubén Muñoz, vicepresidente de Aemif, recogió el premio, que les demuestra, dijo, «que vale la pena el trabajo hecho».

El toque más cultural del acto lo puso el Centro Cultural Sant Carles, una asociación sin ánimo de lucro que organiza desde 1987 el Festival Internacional de Música de Ibiza y el Concurso Internacional de Piano de Ibiza.

Pronunció el discurso del premio (que recogió el fundador y actual presidente, Mariano Guasch) la pianista María Ángeles Ferrer, una de las organizadoras, que no se quiso olvidar de ninguna de las personas que lo hacen posible y, sobre todo, del pueblo de Sant Carles, que lo ha apoyado desde su creación. Esta pedagoga subrayó que el premio se ha convertido en una referencia internacional para jóvenes pianistas de élite gracias «a la honestidad del jurado, la transparencia, la independencia y la seriedad a la hora de valorar a los participantes». «Este es un premio polifónico», dijo en referencia al gran número de personas implicadas en su gestión en estos últimos 30 años.

Los premios los entregaron la consellera balear Pilar Costa, las conselleras insulares Marta Díaz y Viviana de Sans, además del alcalde de Ibiza, Rafa Ruiz, y el presidente del Consell, Vicent Torres, que pronunció un discurso de agradecimiento a los ciudadanos que como los premiados contribuyen a mejorar la sociedad y a la cohesionarla.

El acto, que duró más de dos horas, contó con la actuación de la soprano Irantzu Bartolomé y del pianista Miguel San Miguel, que interpretaron canciones populares armonizadas en su día por Federico García Lorca, mientras que la actriz Àngels Martínez interpretó a La Poncia, en la primera escena del primer acto de 'La casa de Bernarda Alba', también de Federico García Lorca.