El fiscal solicita doce años de prisión por un delito de homicidio para Francesc Ribas Ribas, el agente de la Policía Local de Sant Josep que fue detenido y se encuentra en prisión provisional acusado de matar a la venezolana María Karina Rosales Rivera, una mujer a la que había acogido en su casa. Todavía no hay fecha para el juicio pero se celebrará pronto, probablemente en mayo o junio, según adelantan fuentes próximas al caso. Un jurado popular decidirá el veredicto.

El representante del Ministerio Público pide además en el escrito de acusación, al que ha tenido acceso este diario, una indemnización de 200.000 euros para los padres de la fallecida. Ribas, natural de la isla y de 48 años de edad, insiste desde la cárcel en su inocencia, como ha hecho desde que fue detenido, según ha podido saber este diario. Su defensa pedirá la absolución puesto que considera que no existen pruebas incriminatorias. El imputado no tiene antecedentes penales.

«Relación de especial amistad»

El fiscal explica en primer lugar en el escrito, con fecha de entrada de 15 de septiembre en el Juzgado de Instrucción 2 de Ibiza, que el agente y la víctima mantenían «una relación de especial amistad» y que la dejó vivir en su casa, que se encuentra muy cerca de Sant Josep.

El 11 de mayo de 2012 estuvieron juntos. A las 16.49 horas, con la furgoneta Renault Kangoo propiedad de Ribas, se dirigieron a Sant Antoni, donde Karina tenía que realizar una serie de «asuntos personales».

Cuando finalizó sus gestiones, a las 17.49 horas, se reunió de nuevo con el ibicenco, que la llevó a un lugar situado en el kilómetro 4,5 de la carretera que une Sant Antoni con Santa Agnès. Alrededor de las seis y veinte de la tarde llegaron a una casa abandonada y semiderruida, según el relato del fiscal.

Una vez allí, comenzó una discusión. «En un momento dado golpeó [a Karina] con dos piedras que se encontraban allí mismo para, posteriormente y con ánimo de arrebatarle la vida, con un cuchillo le causó una amplia y profunda incisión», explica el responsable de la acusación pública. La herida le produjo lesiones en la tráquea, una hemorragia y asfixia. Falleció en el acto.

Pleno uso de facultades mentales

Según asegura el representante de la Fiscalía, Ribas tapó el cuerpo de Karina con un tablón de madera que encontró en la casa y se marchó. «El acusado se encontraba en pleno uso de sus facultades mentales», concluye.

Dos días después, una pareja de excursionistas que caminaban por los alrededores de Cala Salada encontró el cadáver. La Guardia Civil tomó declaración a varios hombres con los que Karina (nacida en Valencia, Venezuela, en 1973) había mantenido relaciones. Entre ellos se encuentran dos exnovios, un andaluz y un colombiano que se convirtió en el principal sospechoso. El 20 de julio los agentes arrestaron a Ribas.

Rosales se promocionaba en Internet como maquilladora profesional. Era muy activa en las redes sociales, donde colgaba fotos suyas en la isla, sobre todo en ses Figueretes. Aseguraba haber trabajado en películas de cine gore en Los Ángeles.

Frecuentaba el desaparecido bar Azul, que se encontraba en la avenida de Isidor Macabich de Vila, que utilizaba como oficina. Se sentaba en una mesa con su ordenador y pasaba horas conectada a la red wifi.