Dean. N., el joven británico que dejó en coma a otro de un puñetazo en una noche de fiesta en un bar de Sant Antoni el verano pasado, reconoció ayer ser el autor de la agresión. La juez María Risueño, del Juzgado de Instrucción 1 de Ibiza, ratificó la prisión preventiva, sin fianza, del agresor, que está encarcelado en un centro penitenciario de Madrid.

El inglés, de 28 años, ha permanecido medio año en búsqueda y captura hasta que la Policía británica lo arrestó a finales de enero. Una vez extraditado a España, ayer declaró por primera vez en relación a lo sucedido la madrugada del 29 de julio de 2012 en un local de ocio nocturno de la avenida del Doctor Fleming.

El agresor, natural de Chertsey, una localidad cercana a Londres de 16.000 habitantes, explicó que no quería hacer daño al joven italiano al que golpeó. Sin embargo, Andrea Nardi, de 22 años, estuvo once días en la unidad de cuidados intensivos (UCI) de la Policlínica Nuestra Señora del Rosario. Los médicos le quitaron un trozo de cerebro en una de las operaciones.

Secuelas físicas y psicológicas

Ahora se recupera en Nepi, su localidad natal, próxima a Roma, con la ayuda de sus padres. Todavía tiene dificultades de movilidad en la mitad de su cuerpo, toma una medicación bastante fuerte y realiza visitas periódicas al hospital para la terapia de rehabilitación. Es posible que le queden secuelas físicas y psicológicas, según explica su abogado, Daniele Mundula.

En la declaración por videoconfencia desde la prisión madrileña en la que está recluido, Dean N. dijo que no tiene dinero para hacer frente a la indemnización que solicitará Mundula, próxima al millón de euros.

Por el momento, la familia de Nardi, que regenta un pequeño supemercado en Nepi, en el que el joven trabajaba antes de la agresión, tiene que hacer frente a una deuda de 34.100 euros que le reclama la Policlínica del Rosario. El Gobierno italiano abonó 6.000 euros y el seguro contratado por Nardi y sus amigos en el paquete vacacional 5.000 euros (la factura total ascendía a 45.100 euros).

Mundula está estudiando ahora la posible responsabilidad civil de los responsables del pub, puesto que Dean N. trabajaba como relaciones públicas, según ratificó ayer él mismo después de que el propietario reconociera que era su empleado.

Uno de los últimos pasos de la fase de instrucción, antes de que se señale una fecha para el juicio, consistirá en la realización de un informe forense del agredido, que se hará cuando Nardi se encuentre en condiciones para desplazarse a Ibiza.

Uno de los puntos que no quedó claro en la declaración de Dean N. es si la agresión vino derivada de una apuesta entre sus amigos, un grupo de jóvenes británicos, para ver quién de ellos pegaba a uno de los italianos que bailaban en el local el día de los hechos sobre las cuatro de la madrugada, como se informó en un primer momento.

Los transalpinos sacaron a Nardi a la calle, en medio de los gritos de los clientes del local, y lo llevaron en silla de ruedas a una clínica privada cercana, desde donde le derivaron a Can Misses. Después ingresó en la UCI de la Policlínica del Rosario, hasta que se recuperó y sus padres decidieron trasladarlo a Italia en un avión medicalizado.