Las obras de peatonalización de la plaza de España de Santa Eulària han desenterrado el antiguo refugio antiaéreo del pueblo, construido en el subsuelo durante la Guerra Civil. El Ayuntamiento lo documentará y estudiará la posibilidad de su recuperación, según apuntó ayer a través de un comunicado de prensa.

Desde el Consistorio se indicó que si bien no existen datos precisos sobre cuándo fue creado y sus características, sí se sabe que no se construyó antes de 1937. En el Diario de Ibiza del 2 de junio de 1938 se especifica que se habían «construido y habilitado» en la isla 25 refugios y se hallaban en obras «varios más en las murallas y frente a la Graduada», en Vila. Un año antes, concretamente el 3 de agosto de 1937, es Diari especificaba la existencia de 22 refugios (con una capacidad total para 3.410 personas) «ya terminados», todos en Ibiza. El de Santa Eulària fue clausurado y rellenado con tierra y restos de ruinas en el año 1953.

Según las primeras medidas tomadas por los técnicos del Ayuntamiento, el búnker subterráneo de hormigón tiene unos 15 metros de largo y casi tres de ancho. La altura no la han podido determinar aún debido a la gran cantidad de tierra con la que fue rellenado. Las paredes, según las primeras estimaciones, tienen un grosor de 60 centímetros y sobre ellas hay superpuesta piedra viva unida con argamasa (mortero de cal, arena y agua) con el fin de reforzar la estructura.

En su interior han sido hallados varios grafitis, sobre todo escritos en lápiz. Algunos son simples números y los hay también de nombres de personas, como uno en el que se puede leer ´Juan Palerm´.

Además dispone de dos entradas, de manera que si una era destruida por el impacto de un proyectil, quienes se refugiaran en su interior pudieran salir por la otra. La principal estaba a unos 10 metros de la entrada de la Casa Consistorial, que en esa época era el cuartel de la Guardia Civil. La otra salida estaba ubicada junto a la calle Sant Jaume.

Durante la guerra Santa Eulària no fue bombardeada por la aviación, si bien el Ayuntamiento recuerda que en el año 1938, durante la celebración de un acto religioso oficiado por el párroco Vicent Costa en los locales del Sindicato Agrícola, en s´Alamera, empezó a sonar la alarma y los presentes tuvieron que correr para esconderse en el refugio, situado en las cercanías.

Una vez concluida la Guerra Civil, el refugio se convirtió en uno de los lugares favoritos de los niños para sus juegos. Incluso un guardia civil de entonces lo usó como gallinero. Ese espacio también fue empleado como polvorín por el destacamento militar destinado al pueblo, según recordaba ayer la nota del Ayuntamiento.