La hasta ahora directora insular de Política Educativa Maria Ribes, de Eivissa pel Canvi (ExC), no ha renunciado a su cargo, en contra de la información facilitada el lunes por el Consell, sino que ha sido destituida por el presidente, Xico Tarrés, «a propuesta verbal» del vicepresidente tercero y conseller de Política Educativa y Cultural, Marià Torres, del PSOE, por las discrepancias que mantenían sobre la gestión de este departamento. El Consell se limita a decir que el despido obedece a «motivos personales» y atribuye a «un error de comunicación» que el lunes informase de un cese, especificando incluso, al ser preguntado por este periódico, que «voluntario», cuando en realidad se trataba de una destitución.

De hecho, Maria Ribes reconoció ayer a este periódico que se llevó una sorpresa al leer el lunes por la tarde en la edición digital de este diario que había dimitido de su cargo. «Aluciné al verlo porque no es verdad. Yo no he dimitido, me han destituido», dijo la ex directora insular, que lo atribuyó a las discrepancias que mantenía con Marià Torres. «El conseller y yo no estábamos de acuerdo en la gestión en general de la política educativa», explicó.

Ribes, que fue nombrada directora insular en octubre de 2007, asegura que no se puede hablar de un enfrentamiento entre ambos y eludió explicar «casos concretos». «Había una confianza en un momento que se ha acabado», indicó, al tiempo que señaló que no tenía ningún problema con nadie más. «Simplemente no coincidíamos en cosas», insistió. También indicó que se enteró de su despido el lunes a través de un correo electrónico. Dijo que había hablado con el conseller de sus diferencias en otras ocasiones. No le comunicó cara a cara el despido, aunque le restó importancia. «No quiero crear ninguna polémica. Me han destituido y ya está», recalcó.

Ribes acudió ayer al Consell y le entregaron el decreto sobre su destitución. De momento, según explicó, no ha pedido explicaciones de por qué el Consell comunicó a los medios de comunicación que había dejado voluntariamente su puesto por motivos personales, cuando en realidad fue destituida.

El Consell ha decidido no cubrir la vacante (Maria Ribes percibía una retribución de 45.000 euros anuales brutos, al igual que el resto de directores insulares) por razones de carácter económico. Paradójicamente, el presidente del Consell, Xico Tarrés defiende que el plan de austeridad, pendiente aún de aprobación, no debe contemplar la reducción de directores insulares porque son necesarios para la gestión de la institución y que incluso harían falta más.