Las primeras filas de la sala las ocupaban decenas de mujeres, hombres, adolescentes y niños vestidos de payeses. Todos esperaban el momento de subir al escenario para bailar, sonar, glossar o cantar. Y es que hubo de todo. Algunos, se dejaron la vestimenta típica en casa y protagonizaron su actuación luciendo vaqueros, polos rosas, jerséis de rayas y bambas. Payeses de la nueva era. Diferentes por fuera. Iguales por dentro.

Entre el público, gente de todas las edades. Personas mayores que miran sonrientes hacia el escenario y siguen el ritmo del tambor y las castañuelas golpeando el suelo con los pies. Madres y padres orgullosos. Jóvenes aficionados a los que hoy no les toca subirse al escenario. Niños que corren arriba y abajo por los pasillos esperando que llegue el momento de ponerse serios y demostrar cómo bailan los pequeños ibicencos. Algunos de ellos salen del patio de butacas y juegan y ríen en la entrada del cine, donde los vigilan aquellos que no han podido resistir la tentación de salir a fumar.

La presentadora, vestida con gonella, se muestra contenta de que buena parte de los participantes en el festival sean jóvenes. «Con gente como ellos el futuro estará lleno de niños con xeremies en el bolsillo», comenta antes de presentar a Jordi Serapio, que toca y fabrica este tipo de instrumentos. También pasó por el escenario Fran Bufí, que interpretó dos cançons redoblades. «Ha dicho que cantará una, pero yo creo que debería ofrecernos dos», señaló la presentadora. Y le hizo caso. «Como veo que no os he cansado ahí va otra», comentó Bufí al terminar la primera canción. También cantaron tres glossadors menorquines. Sus coplas improvisadas y con un toque picante hicieron reír no sólo a los espectadores. Ellos mismos tuvieron que parar unos segundos porque la risa les impedía continuar. Ni la risa ni la pérdida de una espardenya debido al énfasis en levantar la pierna durante el baile impidió a uno de los balladors más pequeños de la colla d´Aubarca seguir como si nada. Cogió su zapatilla en la mano y no se la colocó hasta que terminó y regresó a la fila. El espectáculo debe continuar.