Diario de Ibiza

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Miguel Ángel Riera

Sobre las alertas

Frecuentemente escuchamos que las Islas Baleares están en alerta amarilla, o incluso naranja, por fuertes tormentas cuando tenemos encima un sol abrasador, un cielo despejado en el que no aparece ni una sola nube. La tormenta ha caído en las islas vecinas e incluso, ni ha llegado a formarse dicha tormenta.

Con otras muchas realidades sucede lo mismo. Se anuncian presupuestos, reformas, ayudas económicas,… pasan las nubes y continuamos con un cielo despejado en el que no se atisba ni un solo cambio.

Finalizamos una temporada muy buena, nunca los índices del paro habían sido tan bajos en el mes de septiembre, pero muchas personas siguen tocando las puertas de Cáritas porque con lo que cobran no les da para pagar el alquiler y seguir viviendo dignamente.

Esta semana hemos escuchado y leído una vez más la necesidad de limitar el precio del alquiler. La desigualdad pasa por la vulnerabilidad de los derechos de las personas. El derecho a una vivienda digna no es respetando porque un bien necesario como es el tener un hogar se ha convertido en un bien material de especulación.

Esta semana también hemos podido ver como todo un bloque de vecinos de Barcelona salían a la calle para intentar parar el desalojo de sus viviendas. Se barajan diferentes opciones para poder solucionar el problema de la vivienda, pero todo es demasiado lento sobre todo cuando cada día, cada hora, más gente se ve en la calle. La necesidad de encontrar soluciones va mucho más rápida que la decisión de poder solucionar los problemas. Muchos debatiendo sobre los problemas, pocos dando soluciones a estos mismos. Dedicamos mucho tiempo a hablar pero se actúa poco, se toman pocas decisiones efectivas.

Llega el tiempo de actuar, los nubarrones y las alertas se disparan sobre nuestras islas, y parece ser que esta tormenta no va a pasar de largo, que va a dejar sobre nosotros un chubasco que tendrá repercusiones duras sobre los más débiles. Como sociedad tenemos recursos para poder solucionar el problema y poder resguardarnos todos del chaparrón. Actuemos ya.

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