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Vuelva usted mañana

Hay retrasos y retrasos, algunos no causan perjuicio a nadie y otros acarrean consecuencias muy graves para quienes los sufren. La Administración no es solo lenta al pagar (y muy rápida para cobrar), sino que la demora en algunos asuntos clama al cielo. En los últimos días hemos conocido dos casos escalofriantes. El primero el de Carmen que, con una pierna amputada, soporta dolores, picores y molestias de una prótesis que ya debería haber cambiado por una más nueva, por culpa del retraso injustificable del Ib-Salut en aprobar el nuevo catálogo. Ha tenido que mover Roma con Santiago esta valiente mujer hasta que, tras la publicación en este diario de su denuncia, los capitostes del Servei de Salut se removieron inquietos en sus confortables poltronas y, recordando que las elecciones están a la vuelta de la esquina, aseguraron que «en unos días» esto estará resuelto. Si tan fácil era, ¿por qué diablos no lo han hecho antes? El segundo, y no menos sangrante caso, es el de otra mujer con un cáncer de mama metastásico, que lleva, agárrense los machos, 13 meses esperando a que la vea un médico para valorar su discapacidad. Eso le imposibilita acceder a las ayudas que tanto necesita para llegar a fin de mes porque no puede trabajar. Ya le han dicho que se solucionará «en breve». Más de un año después.

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