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Marta Torres Molina

Cargo: Redactora

La UD desconecta de la Ibiza de a pie

El campo de fútbol de Can Misses está triste. ¿Qué le pasará al estadio? Buena parte de sus butacas están vacías y la directiva se pregunta qué pasa. Los más fieles resisten, pero si la UD no los cuida... No se pueden estar cobrando los botellines de «agua caliente» a cuatro euros mientras se presume en redes de que un chef con estrella Michelin prepara un arroz para los asistentes VIP. No se puede prohibir a los aficionados que lleven sus bebidas de casa para cobrárselas luego a precio de beach club. No se puede obligar a los abonados a pagar para ver un amistoso cuando buena parte abonaron religiosamente su cuota durante la pandemia, sin ir al campo. No se puede hablar de un estadio más grande, con restaurante y piscina, cuando no se han puesto toldos para que quienes, incansables, siguen ahí, animando a un equipo que no les cuida, no se abrasen con el sol o se mojen con la lluvia. La desconexión del mundo de Amadeo Salvo con la Ibiza real, la de a pie, la que no tiene pase VIP y hace malabarismos para llegar a fin de mes y ver a la UD Ibiza es de dimensiones astronómicas. Una desconexión que se entiende aún menos cuando entre los habituales del hospitality y grandes amigos del presidente, a las redes me remito, se cuentan no pocos políticos que se supone que deben conocer la realidad de los ciudadanos que no tienen pase VIP.

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