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Casa Lola: al fin llega el derribo

La dueña de Casa Lola lleva más de doce años toreando al Ayuntamiento de Sant Josep mientras se forra alquilando un complejo ilegal por partida doble: ha construido lo que ha querido sin licencia de ninguna clase y lo ha destinado al alquiler turístico sin cumplir con la normativa. A lo largo de todos estos años, la promotora ha infringido reiteradamente las órdenes de paralización de obras dictadas por el Consistorio y ha desafiado a la institución recurriendo a todo tipo de argucias para obstaculizar, frenar y retrasar una demolición que ha tardado demasiado, pero que al fin ha llegado. El derribo de Casa Lola debe ser un aviso para navegantes en una isla tristemente acostumbrada a la impunidad en lo que a infracciones urbanísticas se refiere. Francisca Sánchez Ordóñez se ha aprovechado hasta la tomadura de pelo de las garantías que da el sistema y, como dice el alcalde, ha estafado hasta el último momento: había sesenta turistas en el complejo el día que la dueña ya sabía que un operativo policial entraría, por las buenas o por las malas, para iniciar la demolición. Personas que le han pagado un dineral y que se han quedado en la calle. El trabajo tenaz del Ayuntamiento para perseguir a esta pirata sin escrúpulos ha dado al fin sus frutos. Esperemos que cunda el ejemplo.

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