Diario de Ibiza

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Carles Sans

Eso ni en broma

Hace varios días que, con motivo de estar representando ‘Per fi sol!’ en Barcelona, voy de entrevista en entrevista para promocionar mi espectáculo. En líneas generales, las preguntas, como es lógico, van en torno al ‘show’, pero también me preguntan de forma recurrente si me autocensuro atendiendo al momento social en que vivimos sobre las agresiones a unos y a otros. Aun teniendo en cuenta que mi estilo no es ni mucho menos ácido ni punzante, como pueden ser otros monologuistas, siempre hay algo dentro del contexto que te hace dudar si tal o cual comentario puede faltar a tal o cual persona. Algún compañero de profesión me ha llegado a admitir que se autocensura; lo entiendo, pues nadie que vive de lo que trabaja quiere verse de repente involucrado en una polémica que puede erupcionar y saltar a la opinión pública causando graves perjuicios al señalado.

Hoy en día las redes sociales han tomado el relevo de las viejas censuras que esgrimían algunos gobiernos y les hacen el trabajo sucio filtrando lo que se puede o lo que no se puede decir públicamente. El humor, un medio que hasta ahora gozaba de cierta impunidad censora, está claudicando ante lo políticamente correcto, y ya no se bromea sobre muchas cosas y algunas personas. Yo siempre he opinado que el problema no es el chiste sino quién lo cuenta. Me explico: si yo sé que la persona que me cuenta un chiste, por ácido que sea, tiene claro que la broma no transpira una ideología personal racista, homófoba o antisocial, puedo llegar a reírlo, siempre que el chiste me parezca gracioso, claro. Sin embargo, si quien cuenta un chiste de estas características resulta ser un zafio casposo con ideología llamemos insolidaria con los colectivos de los que se pitorrea, entonces no me hará ninguna gracia lo que cuenta. Por lo cual, dentro del contexto de una chanza, no es tanto lo que se dice, sino quién lo dice. Sin embargo, como no podemos llegar a conocer el interior de cada uno para saber cómo piensa, entonces se hace la censura para todos, y con ello, piensan algunos, que se resuelve el problema. Sin ver que por el camino se pierde algo tan valioso como la libertad de expresión.

Carles Sans | Actor

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