Diario de Ibiza

Diario de Ibiza

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

César Navarro

Las vacaciones del caradura

Deberían dar un premio a la pillería entre los turistas. Algunos no tienen idea del futuro que tendrían escribiendo guiones de película. Lo último: intentar veranear en Ibiza por la cara arguyendo que han sido contagiados por el personal de limpieza del hotel. Y encima quejarse después de que la habitación en la que les confinaron para la cuarentena era tan pequeña que no podían mantener la distancia sanitaria obligatoria, cuando eran dos independientes unidas por una puerta. Todo explicado en un medio británico, que esos compran lo que sea, para poner a parir al hotelero de turno que sólo puede asistir atónito y resignado al espectáculo de verse arrastrado por el lodo. Esto ha pasado ahora, pero es un calco, con otras artes, del mal hacer de otros turistas otros veranos. Entonces argumentaban intoxicaciones alimentarias y heridas provocadas por supuestas anomalías en el mobiliario, o por resbaladizas terrazas de piscina. Todo con el objetivo de no pagar sus vacaciones. En un momento de crisis absoluta, cuando el empresario se acuesta rezando para que las reservas no se caigan de un día para otro, hay que tener poca vergüenza y nada de empatía para poner en marcha una canallada semejante. Son pocos, sí, pero provocan un daño tremendo.

Compartir el artículo

stats